MANAGUA.- El gobierno de Nicaragua se comprometió con Estados Unidos a destruir sus misiles antiaéreos SAM-7, de fabricación rusa, como parte de un proceso de reducción de armas en Centroamérica, informa hoy la prensa local citando fuentes oficiales.
El canciller Norman Caldera confirmó lo anunciado ayer en Washington por el general Richard Myers, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, quien dijo que la promesa la obtuvo del gobierno al visitar Nicaragua el pasado martes.
"Puedo decir que en Nicaragua existe un consenso interno" para eliminar los misiles, afirmó Caldera, pero aclaró que la destrucción de los SAM-7 (unos 2.000 según datos extraoficiales) "se hará en el marco de un balance razonable de fuerzas militares en Centroamérica".
Estados Unidos ha expresado que teme que los misiles rusos en poder del Ejército de Nicaragua caigan en manos de terroristas para atacar aviones comerciales.
Aunque el máximo jefe del Ejército nicaragüense, Javier Carrión, había asegurado que la eventual destrucción de los SAM-7 no fue abordada durante la visita de Richard Myers a Managua, el general estadounidense declaró ayer en Washington que "el Presidente (Bolaños) ha dado su acuerdo para que esos misiles sean destruidos".
Según Myers, los misiles "están a buen resguardo en una instalación donde nosotros hemos ayudado, en términos de los medios técnicos de seguridad, para garantizar que no caigan en malas manos".
Los SAM-7, comprados por el gobierno sandinista a la Unión Soviética en la década de 1980, tienen forma de bazuka y se disparan desde el hombro de una sola persona contra cualquier objetivo aéreo, que es perseguido por el proyectil guiado por la estela de calor.
El Ejército nicaragüense se ha resistido a destruir los misiles SAM-7 alegando que otros países de Centroamérica, como Honduras, tienen superioridad aérea y pueden neutralizar fácilmente a Nicaragua en caso de un conflicto militar.