LIMA.- El Presidente peruano, Alejandro Toledo, pidió perdón este viernes al pueblo de Arequipa tras ser abucheado por manifestantes que le lanzaron botellas, palos, huevos y bolsas de basura en recuerdo de graves incidentes producidos hace más de un año en esa región del sur de Perú.
"Como presidente Constitucional, como Alejandro Toledo, te digo con la frente en alto, Arequipa, si te sientes herido por alguna decisión de mi gobierno, esta tarde vengo a pedirte perdón", dijo el jefe de Estado en una accidentada visita a Arequipa, a 1.000 km al sur de Lima.
El Mandatario argumentó que los peruanos no pueden estar separados por discusiones estériles ya que el reto del futuro debe ser afrontado en conjunto, "pues los pobres no pueden esperar más y no pueden encontrarnos divididos".
"Hoy tengo la altura y la grandeza para decirte: mujer y hombre de Arequipa, perdón", remarcó al dar un discurso en un acto en que entregó el proyecto de irrigación Majes-Siguas al gobierno regional de Arequipa.
El distanciamiento entre Toledo y Arequipa se remonta a junio de 2002 cuando esa ciudad, la segunda en importancia del país, fue centro de violentas protestas, con ribetes de eclosión social, que se extendieron a toda la región sur del país y que dejaron un muerto y 80 heridos.
El motivo de las protestas fue el rechazo arequipeño a los planes de privatizar dos empresas de electricidad que Toledo había prometido en su campaña electoral que nunca se privatizarían.
Ante la magnitud de las protestas el Gobierno tuvo que implantar el estado de emergencia, hasta que finalmente Toledo retrocedió en sus planes privatizadores.
En su discurso, Toledo advirtió que si los peruanos están divididos otros aprovecharán las oportunidades que se dejan pasar, y se llevarán todas las ganancias.
Horas antes Toledo había sido abucheado por manifestantes antigubernamentales que le lanzaron todo tipo de objetos, según transmisiones de televisión.
Los incidentes se produjeron cuando el mandatario salió de la catedral de Arequipa, luego de asistir a una misa como parte de las celebraciones por el aniversario de la ciudad.
Huevos, palos y bolsas de basura cayeron sobre el vehículo presidencial que esperaba al Jefe de Estado y fue necesario que un cordón policial lo protegiera con sus escudos en alto, mientras él rápidamente abordaba el coche.
El mandatario tuvo que suspender la revista a un conjunto de unidades militares que estaban apostadas en la plaza principal, donde se ubica la catedral.
Mientras se realizaba el oficio religioso grupos de opositores y partidarios de Toledo protagonizaron conatos de enfrentamiento en las afueras del templo, dando gritos en contra y a favor del gobernante.
En un acto posterior en un teatro de la ciudad, Toledo admitió que el pueblo arequipeño estaba resentido con él "y lo entiendo", dijo.