MONTEVIDEO.- El Presidente uruguayo, Jorge Batlle, anunció sorpresivamente hoy la renuncia de su ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, y su sustitución por el asesor de políticas macroeconómicas Isaac Alfie, sin especificar los motivos de la dimisión.
"Termina un tiempo político y empieza un tiempo técnico", afirmó Batlle al hacer el anuncio. Alfie asumirá su cargo entre miércoles y jueves.
Atchugarry ocupaba el Ministerio de Economía desde el 26 de julio de 2002, y durante su gestión declaró un feriado bancario de seis días e impulsó la ley de Estabilidad Bancaria para enfrentar la peor crisis financiera del país, que provocó una reducción de 11% en las actividades económicas en 2002.
El ministro saliente, de 51 años, fue electo senador en las elecciones de 1999 por el oficialista Partido Colorado (centroderecha), y es considerado uno de los dirigentes de mayor confianza de Batlle.
Este año durante su gestión se logró el canje de los títulos de deuda pública por unos 5.000 millones de dólares, operación inédita en el país, lo que dio respiro a las cuentas del Estado en los próximos años.
Además, en mayo logró un nuevo acuerdo con el FMI, que fijó las metas macroeconómicas del año con revisión de las previsiones de déficit fiscal (a 3% del Producto Interno Bruto, PIB), de inflación (a menos de 20%) y de crecimiento (caída del PIB de 1%).
En las últimas semanas se registraron muestras de recuperación en la economía del país, con aumento de la recaudación fiscal y las exportaciones, y así lo reconocieron autoridades de los organismos internacionales de crédito, como Horst Koehler (FMI) y Enrique Iglesias (Banco Interamericano de Desarrollo, BID).
Sin embargo, ambos enfatizaron que el país debe continuar sus esfuerzos en la reducción de gastos fiscales, y en la reforma del Estado para adaptarlo a la nueva realidad.
El renunciante fracasó la semana pasada en hacer aprobar la ley anual de Rendición de Cuentas y Balance Presupuestal, con gasto cero, por la exigencia del Partido Nacional (centroderecha) de eliminar un fuerte impuesto a los salarios.
Sin embargo, Atchugarry había tendido una mano el mismo lunes a la oposición para llegar a acuerdos sobre otras leyes de reforma del Estado y de reactivación de la economía.
Al asumir su cargo, Atchugarry había proclamado: "la estabilidad está en el centro de nuestra reflexión (...) y reactivar la economía es una absoluta prioridad" que se intentará con "la mayor apertura a todas las fuerzas políticas y sociales del país".