BUENOS AIRES.- La falta de oportunidades laborales, el desaliento y un entorno de pobreza capaz de entorpecer cualquier pretensión escolar o académica se han convertido en los principales problemas de los jóvenes argentinos.
Hay en el país, según los resultados de la última encuesta de hogares del Indec, 1.272.000 jóvenes de entre 15 y 24 años que están en la inactividad absoluta: no trabajan ni estudian ni buscan empleo.
Es la conclusión de un informe de la consultora Equis, elaborado sobre la base de los datos oficiales correspondientes a mayo, que indica que los jóvenes en esas condiciones son el 19,1% de ese segmento de la población.
Lo que revela además que, en 12 meses, se agregaron 127.000 personas a este escenario, y que la tendencia creció un 38,4% en los últimos cuatro años.
De aquí a medio siglo
Según los especialistas, el deterioro no sólo reposa sobre un problema económico, sino también social, psicológico y cultural: a veces, principalmente en los estratos más bajos, no se estudia porque hay que trabajar y no se trabaja porque no hay oportunidades.
Esto queda plasmado en datos de escolaridad alarmantes: en el gran Buenos Aires (Capital Federal y conurbano bonaerense), el 58,9% de los jóvenes de entre 20 y 24 años no terminó el colegio secundario.
Y el 28,1% tiene sólo la primaria completa como único estudio.
Así, en un contexto capaz de generar infinidad de problemas para el futuro, se fijan condiciones de pobreza estructural.
"Se genera un sistema de crisis a largo plazo -dice el sociólogo Artemio López, titular de Equis-. Hay un 40% de chicos que tenían 15 años en 1994, cuando empezaron los altos niveles de desocupación, y hoy tienen 24 y jamás conocieron un empleo. Esta generación va a vivir unos 50 años más. Es decir que, si no se encuentran soluciones, el problema se extenderá por medio siglo."
Quienes se dedican a investigar la problemática social en las universidades coinciden: en la Argentina está arraigada la costumbre de terminar la primaria, pero no la secundaria.
Y la prueba es que, en el gran Buenos Aires, sólo el 5,9% de la población de entre 20 y 24 años tiene la primaria incompleta o ninguna instrucción, y un 24,9% tiene cubiertos sólo algunos años de la secundaria.
Los especialistas observan que el ausentismo en la secundaria es irrecuperable para la mayoría y lapidario para el futuro.
Luis Beccaria, economista e investigador docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento, considera que está en juego la movilidad social.
"Los chicos en estas condiciones no van a poder superar a sus padres. Es muy difícil volver a esa movilidad ascendente, esa capacidad de escalar que tenía la población argentina hasta los años 70. Porque la secundaria es una credencial cada vez más importante, pero que a la vez sirve cada vez menos. Y es lo mínimo. Por eso, el futuro laboral es muy complicado e inestable para esa franja. Desemboca en una pérdida de capital social."
Tucumán, en problemas
Al contrario de lo que podría pensarse, no es la provincia de Buenos Aires la más comprometida en términos relativos.
Los jóvenes en inactividad absoluta son el 23,9% de ese segmento en Tucumán y el 23,7% en San Juan, mientras que Buenos Aires es la tercera, con un 21,7%.
La Capital Federal, que puede enorgullecerse de tener sólo un 11,9% de jóvenes en estas condiciones, es sin embargo el distrito del país donde más se acentuó el deterioro en el últimos cuatro años, con un crecimiento del 40% de los inactivos.
López cree que el problema tiene también causas ajenas a la economía: "No hay en la Argentina un ascenso social a través del estudio y del trabajo. Hay atajos. Los modelos son la fama fácil, la compulsión por hacer de los chicos deportistas o artistas exitosos, y la corrupción como forma de enriquecimiento. Es decir, faltan ejemplos de los mayores".
Y que la crisis educativa realimenta problemas económicos. "Un padre poco instruido contribuye a la desnutrición y a la mortalidad infantil. Y eso redunda en una baja instrucción de los hijos, que volverán a la misma situación más tarde en su cuadro familiar. La variable que más se asocia al desarrollo económico es la educación. Tanto o más que el flujo de inversiones, porque las inversiones no sirven de nada si no pueden utilizarse con capacidad", agregó López.