BAGDAD.— Los agentes del FBI encabezan este miércoles las pesquisas entre los escombros de la sede de la ONU en Bagdad, mientras el secretario general de la organización, Koffi Annan prometió que el mortífero ataque no desalojará al organismo mundial del territorio iraquí.
Los empleados de la ONU en la capital iraquí recibieron orden de no acudir el miércoles a sus puestos de trabajo, después que un camión cementero cargado de explosivos estalló frente a las oficinas del enviado del organismo mundial, matándolo junto con otras 19 personas. Por lo menos otras 100 personas resultaron heridas.
Annan dijo que se reunirá esta tarde con el Consejo de Seguridad para analizar las medidas cautelares para proteger al personal de la ONU en Irak.
"Proseguiremos y continuaremos nuestra tarea. Es un trabajo esencial", expresó Annan en una conferencia de prensa dada en Estocolmo, donde hizo una breve escala antes de continuar viaje a Nueva York. "No nos intimidarán".
Annan añadió que la ONU piensa revaluar sus medidas de seguridad.
En Gran Bretaña, el secretario de Relaciones Exteriores Jack Straw dijo que Inglaterra y Estados Unidos consideran la posibilidad de dar a las Naciones Unidas un papel más importante en Irak tras el ataque.
Straw dijo que habló con el secretario de Estado Colin Powell sobre la posibilidad de dar a la ONU un cometido más destacado. "Tenemos una mente abierta a ese respecto", comentó.
Tras el descombrado de toda la noche en busca de sobrevivientes, la operación de rescate se transformó en una recuperación de cadáveres, pues numerosas personas aún no han sido contabilizadas. El mando norteamericano mantiene un nutrido contingente de soldados en la zona, respaldados por gran número de camiones.
Los equipos de rescate son ayudados por topadoras y otras maquinarias pesadas en la retirada de los escombros.
El ataque del martes creó un cráter de dos metros de profundidad frente a la fachada del Hotel Canal, utilizado como sede del organismo mundial.
Salvo una tapia de hormigón armado construida recientemente, los funcionarios de la ONU habían rechazado medidas intensas de seguridad porque el organismo mundial "no deseaba una nutrida presencia militar norteamericana en la zona aledaña" al hotel, dijo el vocero de la ONU en la capital iraquí, Salim Lone.