BOGOTA.- Aerolíneas Centrales de Colombia (ACES), la empresa que impuso los más altos índices de puntualidad y la mejor atención abordo de la aviación comercial del país, se liquidó hoy abrumada por la crisis económica, dijo la compañía.
"Las circunstancias de la crisis de la aviación mundial fueron demasiado graves", dijo Juan Emilio Posada, presidente de la Alianza Summa, que reunía a Aces, Avianca y Sam.
Posada dijo que después de los ataques terroristas en Estados Unidos el 11 de septiembre del 2001, la devaluación del peso, los altos precios de la gasolina y los crecientes requerimientos de visa para los colombianos contribuyeron a hacer la situación insostenible.
"Aunque se hizo todo lo posible para subsanar sus efectos, las realidades del entorno nos desbordaron", agrego Posada, sobre esta compañía que ya sólo tenía una flota de cinco aviones.
El gobierno lamentó la desaparición de la segunda aerolínea colombiana y dijo que "protegerá la plena normalidad en la prestación del servicio de transporte aéreo, minimizando los efectos que la liquidación pueda generar en el sector turístico y el transporte de pasajeros".
La aeronáutica civil afirmó que las rutas que tenía Aces serán entregadas a otros operadores, en comunicado expedido por la agencia de noticias estatal CNE.
Fuentes de la compañía informaron que ACES ha acumulado un déficit de 30 millones de dólares, que es el dinero que necesita para continuar operando y pagar el alquiler de sus modernos aviones Airbus-320 y otras deudas.
Pero su principal accionista, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, no tiene esos recursos, debido a que este gremio, antes poderoso, ha sido golpeado por una larga y severa depresión de los precios del café que derrumbó su imperio económico que incluía, además de ACES, una flota naviera y una extensa red bancaria.
Hasta hace 18 meses, ACES era la aerolínea que transportaba el mayor número de pasajeros en el mercado doméstico, pero ya estaba en dificultades por el impacto que tuvo en la aviación mundial los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
En un esfuerzo por recuperar rentabilidad, ACES se unió a Avianca, la mayor y más antigua aerolínea de Colombia. Entre las dos controlaban el 68% del mercado de pasajeros -alrededor de cinco millones anuales-, pero en lugar de obtener ganancias, ambas compañías de la llamada Alianza Summa, continuaron perdiendo millones de dólares y el mercado a manos de sus competidores más pequeños.
En marzo pasado Avianca, a través de su filial estadounidense Avianca Inc., se acogió a la ley de quiebras en una corte del Estado de Nueva York y ambas compañías anunciaron un severo recorte de su flota.
ACES fue la mas sacrificada: de 21 aviones que tenía en ese momento, su flota quedó reducida a cinco.
La aerolínea cubría rutas internacionales a Miami, Fort Lauderdale, Santo Domingo y Lima y algunas rutas nacionales.
La compañía hasta julio tenía 200 pilotos y más de 2.000 trabajadores en tierra, pero ya desde mayo muchos estaban siendo liquidados.
Avianca, el otro socio de la Alianza Summa, está refinanciando deudas por más 100 millones de dólares, logró reducir las tarifas de arrendamiento de sus aviones y aplazar el pago de otras deudas, incluyendo impuestos y tarifas a la Aeronáutica Civil. Sin embargo, los analistas de la industria dicen que su futuro es aún incierto.
Las aerolíneas solicitaron ayuda del gobierno, pero la única promesa que obtuvieron fue la venta de gasolina a crédito, mientras analistas de prensa dicen que Colombia está en riesgo de quedarse sin compañías nacionales encargadas de atender el mercado doméstico y tendría que llenar este vacío con empresas extranjeras como ha sucedido en Ecuador y Perú.
