LONDRES.- El científico David Kelly comentó antes del comienzo de la guerra al diplomático David Broucher que si el Reino Unido invadía Irak, probablemente le hallarían "muerto en los bosques", según declaró hoy el propio Broucher.
El diplomático, representante permanente británico ante la Conferencia de Desarme de Ginebra, hizo esta asombrosa revelación en la investigación sobre la muerte del científico y experto en armas, que dirige el juez James Hutton en el Tribunal Superior de Londres.
Broucher explicó que el pasado febrero se reunió con Kelly en Ginebra y que éste le dijo que posiblemente sería "encontrado muerto en los bosques" si su país atacaba Irak, unas palabras que el diplomático consideró entonces como un comentario sin importancia.
Sin embargo, el declarante reparó en la seriedad de la frase cuando el cadáver del experto en armas, muerto en aparente suicido, fue descubierto el pasado 18 de julio en una zona boscosa de Oxforshire (sur de Inglaterra).
Según Broucher, Kelly -asesor del Ministerio de Defensa británico- dijo esas palabras tras explicarle que había hablado con altos funcionarios iraquíes, a quienes aseguró que no tenían nada que temer si cooperaban con los inspectores de desarme de la ONU.
"La implicación -aclaró el diplomático- era que si se producía la invasión, él (Kelly) quedaría como un mentiroso y habría traicionado a sus contactos, algunos de los cuales podían morir como resultado directo de sus acciones".
"Le pregunté -continuó- qué podía ocurrir entonces. El contestó, en un comentario hecho de pasada, que probablemente sería encontrado muerto en los bosques".
En un principio, Broucher pensó que el experto en armas se refería a una posible venganza contra él por parte iraquí, pero "ahora -subrayó- me doy cuenta de que pudo estar pensado en otra cosa totalmente diferente".
El científico falleció después de confirmarse públicamente que fue la fuente de la noticia del periodista de la cadena pública BBC, Andrew Gilligan, que el pasado mes de mayo acusó al Gobierno británico de exagerar pruebas para justificar la guerra en Irak.
En concreto, Gilligan culpó al director de comunicaciones del primer ministro, Tony Blair, el influyente Alastair Campell, de incluir en un dossier -divulgado por el propio Blair el pasado septiembre- que el régimen del depuesto líder iraquí, Saddam Hussein, tenía capacidad para usar armas de destrucción masiva en 45 minutos.
El testimonio de David Broucher cerró la segunda semana de la investigación para esclarecer la muerte de Kelly, que acabó con el anuncio de que Tony Blair testificará el próximo jueves, día 28, ante el juez Hutton.
El propio magistrado confirmó que el Primer Ministro comparecerá como testigo un día después de que preste declaración su ministro de Defensa, Geoff Hoon, en el llamado "caso Kelly".
La "investigación Hutton", que durará todavía varios meses, ha causado un gran revuelo entre la clase política británica y ha sumido al Ejecutivo laborista en la peor crisis desde que llegó al poder en 1997.
Este martes, un sondeo de opinión publicado por el diario "The Guardian" -de izquierdas y, en teoría, benevolente con Blair- indicaba que sólo el seis por ciento de los británicos confían más en su Gobierno que en la cadena BBC.
El sondeo también concluía que la mitad del electorado piensa que el Gobierno de Blair "embelleció" de forma deliberada el polémico informe sobre la amenaza de los 45 minutos.
Además, la prensa de este país especula con que el "proceso Hutton" costará la dimisión a nombres tan prominentes del Ejecutivo como Geoff Hoon o Alastair Campbell, quienes han prometido luchar por salvar su reputación.