KABUL.- Tras el sangriento atentado contra su sede en Bagdad, las Naciones Unidas se proponen revisar las medidas de seguridad de sus instalaciones en Afganistán, dijo hoy en Kabul el portavoz de las Naciones Unidas Manoel de Almeida e Silva.
Según el representante de la ONU, a todas las oficinas del organismo en el país se les recomendó una inmediata evaluación y el enviado especial de ese organismo en Afganistán, Lakdahr Brahimi, instó a las dependencias a estar atentas en torno a la seguridad, deteriorada en los últimos dos meses.
Mientras, el vocero de la coalición que lidera Estados Unidos en Afganistán Doug Lefforge informó hoy de dos hechos separados en los que resultaron heridos un soldado de la coalición y tres ciudadanos afganos.
Según el portavoz, en la base aérea militar de Bagram "un soldado de la coalición que estaba en tareas de patrullaje recibió heridas menores y un vehículo de la coalición fue levemente dañado" en el distrito de Shkin, en la sureña provincia de Paktika.
Lefforge reportó que, en otro hecho, tres afganos resultaron heridos en la misma provincia cuando un helicóptero de la coalición disparó ayer contra un vehículo civil.
El comandante de seguridad de Paktika, Dawlat Jan, dijo por teléfono que "otras cuatro personas que iban en el vehículo salieron ilesas" y "huyeron del área" por temor a que el helicóptero volviera a atacarlos.
Lefforge dijo que tropas de la coalición fueron atacadas con armas pequeñas la noche del miércoles en el distrito de Chapmanm, en la suroriental provincia de Khost. "No se reportaron heridos entre los soldados de la coalición ni daños a sus equipos, ni hubo información sobre daños o víctimas al enemigo", añadió.
Esta mañana, además, un misil impactó cerca de una base de la coalición en el distrito de Zormat, en Paktika, sin causar daños ni heridos.
Desde la semana pasada, más de 90 personas fueron muertas y más de 40 resultaron heridas en seis ataques separados cometidos principalmente en el sur y este de Afganistán.
Actualmente hay en Afganistán casi 11.500 efectivos de la coalición liderada por Estados Unidos que persiguen a los remanentes del derrocado régimen Talibán y a terroristas de Al Qaeda.
Tras la caída de los talibanes a finales de 2001, las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos fueron atacadas en reiteradas ocasiones y la ONU suspendió sus actividades frecuentemente en las provincias del sur, sureste y norte.