WASHINGTON.- La NASA añadirá un nuevo telescopio espacial a su gama de observatorios en órbita, cuya tecnología infrarroja permitirá detectar objetos demasiado fríos, distantes u ocultos en el polvo espacial para ser detectados por los telescopios actuales.
El lanzamiento del Space Infrared Telescope Facility (SIRTF), en la madrugada del lunes desde Cabo Cañaveral, representará un agregado a la línea de telescopios estadounidenses Hubble, Compton y Chandra. Según la NASA, el nuevo artefacto es "el primo infrarrojo del Hubble".
Los investigadores utilizarán este telescopio para el estudio de planetas y fragmentos estelares en torno de algunas estrellas, con la esperanza de descubrir un planeta similar a la Tierra, capaz de dar lugar a la vida.
"Con esta misión, veremos el Universo como era hace miles de millones de años, lo cual nos dará una indicación de la manera y el momento en que los primeros objetos se formaron, así como su composición", dijo Anne Kinney, directora de la división de astrofísica de la NASA en Washington.
Los censores infrarrojos del SIRTF le permitirán penetrar con más profundidad los confines del cosmos, y así retroceder más atrás en el tiempo que mediante los telescopios actualmente en servicio.
"Estudiando la estructura y la composición de los círculos de polvo de planetas en formación alrededor de las estrellas, la misión contribuirá a la búsqueda de planetas similares a la Tierra que podrían contener vida", estimó Ed Weiler, administrador adjunto de la NASA en Washington.
Ello hace de este telescopio "la piedra angular del programa de la NASA sobre los orígenes, que intentan responder a dos preguntas: ¿De dónde venimos? ¿Estamos solos?".
El telescopio está dotado de un espejo de 85 centímetros y de tres instrumentos de refrigeración a helio líquido: una cámara para el estudio del infrarrojo cercano y a media distancia, un espectógrafo que permite analizar el conjunto de las radiaciones infrarrojas y un fotómetro para la recolección de informaciones sobre la gama de infrarrojos distantes.
Los directores del proyecto esperan obtener de estas observaciones un mejor conocimiento del Universo. Michael Werner, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena (California, oeste) cita de ejemplo "las moléculas orgánicas ricas en carbono presentes en el espacio intersideral, cuya comprensión podría iluminar el proceso por el cual se formó la vida".
Durante esta misión prevista para un período de dos años y medio a cinco años, según el rendimiento de los equipos, el telescopio se utilizará también para el estudio de las enanas rojas, especie de "estrellas malogradas" que algunos investigadores consideran la llave de la famosa "materia negra", considerada el elemento principal del Universo.
También se conducirán observaciones infrarrojas sobre los planetas del Sistema Solar, los asteroides y los cometas, precisó la NASA.