GINEBRA.- Tras el atentado perpetrado esta semana contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) decidió retirar a una parte de su personal de la capital iraquí.
"Queremos quedarnos en Irak, pero no podemos trabajar sin garantías de seguridad para nuestro personal", explicó hoy el portavoz del CICR Eros Bosisio en Ginebra.
La organización humanitaria recibió una advertencia según la cual es posible objetivo de un ataque, apuntó.
Unos 50 colaboradores permanecerán en Bagdad y realizarán tareas humanitarias, dijo Bosisio.
Entre las actividades de la organización en Irak se cuentan reparaciones para el abastecimiento de agua y energía, así como visitas a prisioneros de guerra.
Según expresó Bosisio, en julio pasado el CICR ya había trasladado a unos 20 colaboradores extranjeros hacia Erbil, en el norte de Irak, y a la capital jordana Amman, luego de que fuera asesinado un delegado de Sri Lanka.
Previamente, la organización disponía en Irak de unos 100 colaboradores extranjeros. Actualmente también se desempeñan unos 700 empleados locales en la organización humanitaria.