MOSCÚ.- El subsecretario de Estado norteamericano, John Bolton, llega hoy a Moscú para acercar las posturas del Kremlin y la Casa Blanca ante las negociaciones multilaterales que esta semana abordarán en Beijing la crisis nuclear de Corea del Norte.
Aunque Moscú considera poco probable el éxito de la reunión que ambas Coreas, Japón, China, EE.UU. y Rusia celebrarán en Beijing entre el 27 y 29 de agosto, no por ello ha cejado en sus esfuerzos para hacer oír su voz en la crisis causada por la reanudación del programa nuclear militar norcoreano.
Fruto de los intensos esfuerzos diplomáticos rusos es esta visita de dos días de Bolton a Moscú y las consultas previas en Beijing del viceministro de Exteriores, Alexandr Losiukov, quien hoy manifestó su "cauto optimismo" sobre el encuentro a seis bandas.
Corea del Norte ha mostrado poca simpatía a la propuesta rusa de que sean Beijing y Moscú quienes sustenten garantías de seguridad si es que, como parece, Washington se niega a dárselas.
En tal situación, el mensaje de Bolton en Moscú es claro: EE.UU. no está dispuesto a participar en un tira y afloja interminable con Corea del Norte mientras el régimen estalinista de Pyongyang sigue reciclando uranio y plutonio para armar hasta media docena de bombas nucleares.
EE.UU. acusa a Corea del Norte de estar procesando ese material fisible en su central nuclear de Yongbyon y de que posiblemente antes de fin de año pueda disponer poner de varias de esas armas.
Por eso, Washington ha señalado que en las conversaciones de Beijing exigirá un completo y verificable desmantelamiento de las instalaciones nucleares norcoreanas, además del compromiso de Pyongyang de que no amenazará a sus vecinos, en referencia a Corea del Sur y Japón.
Según algunas fuentes, Washington demandará a Pyongyang que descubra no sólo estos planes nucleares, sino todo su arsenal químico y biológico, y su avanzado programa de misiles capaces de alcanzar incluso territorio norteamericano.
Para sostener estas demandas y eludir toda retórica, fuentes de la Casa Blanca han señalado que, en cualquier caso, no se descarta la vía militar si la situación se volviera insostenible en la península coreana.
Losiukov manifestó hoy en Beijing la preocupación de Rusia por su seguridad, dado que comparte frontera con Corea del Norte, y subrayó que el objetivo final ruso es que la península coreana se vea libre de armas nucleares.
Por ello, el Kremlin ha insistido en que las conversaciones de Beijing son sólo un primer paso en un largo camino de contactos, y ha ofrecido que sea Moscú el escenario de una futura ronda de diálogo multilateral.