WASHINGTON.- El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, respaldó hoy al Primer Ministro palestino, Mahmud Abas (Abu Mazen), y acusó al Presidente palestino, Yasser Arafat, de obstaculizar el proceso de paz.
Powell señaló, en un discurso sobre la política exterior estadounidense, que "apoyamos al Primer Ministro palestino, Mahmud Abas", en su intento de poner bajo su control las fuerzas de seguridad y el aparato financiero.
"Desafortunadamente, Arafat no ha desempeñado un papel que nos ayude. No ha sido un interlocutor para la paz", recalcó.
Los dos dirigentes palestinos se encuentran enfrentados por el control de los cuerpos de seguridad, que Abas quiere comandar para aumentar la lucha contra los grupos que comenten atentados terroristas contra Israel.
El Primer Ministro y Arafat se reúnen esta noche en la sede de Gobernación (Mukata) de Ramalla con Ahmed Qureia (Abú Alá), presidente del Parlamento y moderador entre ambos dignatarios para intentar encontrar una salida a la crisis de poderes.
Arafat mantiene bajo su control el 60 por ciento de los cuerpos de seguridad palestinos que Abu Mazen exige le sean transferidos por completo para continuar en su puesto.
El Presidente palestino se encuentra bajo fuerte presión de EE.UU., Israel y también de la Unión Europea (UE).
Powell insistió hoy en que EE.UU. no dejará de insistir en la aplicación de la "Hoja de Ruta" en su intento de lograr la paz entre israelíes y palestinos.
"Debemos redoblar nuestros esfuerzos. Debemos mantener la presión sobre ambas partes para que hagan todo lo posible hasta que lleguen al punto en que israelíes y palestinos puedan vivir juntos y en paz", añadió.
Mientras tanto, el Departamento de Estado no hizo hoy criticas a Israel por la incursión militar sobre la ciudad de Naplusa, dirigida contra un dirigente local de la organización Hamas, que murió en la operación.
También murió un soldado israelí y fue destruido parcialmente un edificio de viviendas.
El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, quien no comentó sobre la operación de hoy, ya que no preveía matar al dirigente de Hamas sino lograr su detención, manifestó que la oposición de EE.UU. a los asesinatos selectivos "no ha cambiado".