ARBIL, IRAK.- Un hombre hizo detonar un explosivo que causó su muerte y la de un niño iraquí e hirió a más de 40 personas, incluidos seis miembros de la defensa estadounidense, dijeron hoy soldados de Estados Unidos.
En el quinto ataque con explosivos en Irak en las últimas semanas, un vehículo se detuvo súbitamente en la noche del martes frente a una casa en la ciudad kurda de Arbil, en el norte del país, y explotó con el conductor dentro, según un residente.
El ejército dijo que agentes de la inteligencia de Estados Unidos estaban ocupando la casa. En un inicio, una portavoz militar manifestó que se trataba de un "refugio".
Funcionarios de prensa del ejército no dieron más detalles y se limitaron a confirmar que había ocurrido una explosión en Arbil.
Las llamas se elevaron hacia el cielo oscuro después de la explosión. Una mujer salió corriendo con un niño en brazos, mientras un hombre cargaba a un herido ensangrentado sobre sus hombros.
Residentes locales dijeron que el agresor había muerto. Un funcionario kurdo dijo que un niño de cinco años también había muerto como consecuencia de la explosión.
La portavoz del ejército de Estados Unidos en Bagdad dijo que 47 personas resultaron heridas y señaló que seis miembros del Departamento de Defensa habían sido lesionados, pero no especificó si eran civiles o militares.
La bomba explotó a 350 kilómetros al norte de Bagdad y constituye un nuevo revés para las fuerzas lideradas por Estados Unidos para la pacificación de Irak tras el derrocamiento del presidente Saddam Hussein el 9 de abril.
Un soldado estadounidense se convirtió en la víctima mortal número 68 después de que se declarara el final del combate principal el 1 de mayo. El incidente ocurrió cuando su vehículo pasó en la tarde del martes por encima de una bomba de fabricación casera en el noreste de Bagdad, según el ejército. Otro soldado resultó herido.
Las fuerzas estadounidenses llevaban semanas sin experimentar bajas hasta que ocurrieron los ataques del martes. Sin embargo, las agresiones contra ellos continuaron al mismo ritmo de la posguerra, que es de alrededor de una docena por día.
Los ataques con coches bombas contra organizaciones extranjeras en Irak y funcionarios locales que colaboran con las fuerzas de ocupación se han intensificado en las últimas semanas.
Funcionarios estadounidenses han culpado principalmente a los seguidores de Hussein por los ataques de la posguerra, pero también están señalando a posibles militantes islámicos procedentes del extranjero. Algunos hablan de una alianza entre ambos grupos.
Funcionarios de la ocupación han señalado a Ansar al-Islam, un grupo vinculado a la red Al Qaeda de Osama Bin Laden -que tenía su base de operaciones en el norte de Irak, dominado por kurdos, antes de la guerra-, como responsable de las últimas bombas.
Coches bombas han atacado a la embajada de Jordania en Bagdad, así como la sede de las Naciones Unidas y el cuartel general de la policía en la misma ciudad.
Un clérigo chiíta de alto rango se hallaban entre las más de 80 personas que murieron el mes pasado como consecuencia de un coche bomba en la ciudad de Najaf.