BRATISLAVA.- El Vaticano minimizó este jueves las inquietudes sobre la salud del papa Juan Pablo II, que a su llegada al aeropuerto de Bratislava no pudo leer todo su discurso.
"Aun cuando el Papa hubiera querido leer su discurso, creo que valía la pena disminuir la fatiga a la que está confrontado durante el viaje", dijo a unos periodistas el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls.
Sentado en su silla de ruedas y con temblor en todo el cuerpo a causa de la enfermedad de Parkinson, el Papa se detuvo después de tres o cuatro frases pronunciadas en eslovaco.
Las primeras palabras fueron muy claras. Pero luego de tres o cuatro frases tuvo dificultades para articular. Su secretario, Stanislav Dziwisz, intervino de inmediato para que su discurso fuera seguido por un asistente del Vaticano.
Juan Pablo II retomó luego la palabra para terminar el discurso y bendecir a Eslovaquia, deseándole "paz, prosperidad y armonía".
No es la primera vez que el papa cede la palabra a algún asistente durante alguno de sus viajes, que fatigan cada vez más a este enfermo de 83 años.
Pero en privado, prelados del Vaticano consideran que este viaje es una prueba.
Es posible que este viaje de cuatro días a Eslovaquia, el 102º viaje papal fuera de Italia en casi 25 años de pontificado, sea el último.