JERUSALEN.- El gabinete de seguridad israelí decidió en la noche de hoy "en principio" expulsar el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, aunque no en este momento, según informaron medios de prensa israelíes citando a funcionarios gubernamentales.
De acuerdo con los reportes, el gabinete concluyó que Arafat es "candidato a ser expulsado", pero que el momento actual no es el apropiado para implementar la medida.
Israel había incrementado hoy la presión militar sobre Arafat, en respuesta a los dos atentados suicidas perpertados el martes frente a una base militar cerca de Tel Aviv y en un café de Jerusalén, que se cobraron la vida de 15 israelíes.
En horas de la madrugada, el Ejército israelí comenzó a rodear la Mukata, el cuartel general de Arafat en Ramallah. Soldados israelíes ocuparon el tejado del Ministerio de Educación palestino, situado a unos 200 metros de la Mukata.
Durante la mañana de hoy, los soldados ocuparon otro edificio en el mismo barrio. Un avión de reconocimiento no tripulado había sobrevolado la ciudad durante toda la noche. Fuentes palestinas en Ramallah dijeron que las fuerzas policiales de Arafat han recibido instrucciones para prepararse ante un posible ataque israelí.
Asimismo, testigos dijeron que aviones de combate F-16 fueron vistos sobrevolando la ciudad. De acuerdo con el Ejército israelí, las acciones persiguen enviar una "señal" y un "mensaje" al líder palestino.
Al tiempo que el designado Primer Ministro palestino, Ahmed Qureia, decidía aplazar hasta el domingo el voto de confianza en el Consejo Legislativo (Parlamento) sobre el gobierno de emergencia formado por él, el gabinete de seguridad israelí se reunía en Jerusalén para discutir la eventual expulsión de Arafat e invadir la Franja de Gaza.
La mayoría de los miembros del gabinete, entre ellos el ministro de Defensa, Shaul Mofaz, y el titular de la cartera de Relaciones Exteriores, Silvan Shalom, estban a favor de deportar a Arafat, al tiempo que medios de prensa israelíes informaron que el Ejército había recibido la orden de estar preparado y que solamente esperaba la "luz verde" para actuar.
Según los reportes de prensa israelíes, Mofaz demandó que Arafat sea deportado o muerto. El gobierno israelí responsabiliza a Arafat de los ataques perpetrados contra objetivos en Israel desde el comienzo de la Segunda Intifada, en septiembre de 2000.
Funcionarios israelíes consideran que el presidente de la ANP no hace lo suficiente para controlar los grupos radicales palestinos, y que incluso los alienta. Por esta razón, Israel y Estados Unidos han dejado de considerar a Arafat un interlocutor válido en el proceso de paz para la región.
La opción de iniciar una incursión militar a gran escala en la Franja de Gaza, con el objetivo de dar caza a militantes palestinos, presentaba dificultades debido a la alta densidad de población en la zona y el número de efectivos necesarios para embarcarse en una acción de este tipo.