RAMALLA.- El Presidente palestino, Yasser Arafat, aseguró hoy nada ni nadie conseguirá echarle de Palestina en un discurso ante miles de manifestantes que se concentraron frente al recinto de la Gobernación en la ciudad cisjordana de Ramalla.
"Nadie, ni nada, me echará de mi tierra", aseguró el Presidente palestino en respuesta a la decisión del Gobierno israelí de comenzar un proceso para hacerlo "desaparecer" de la zona, en represalia por los últimos atentados suicidas.
Eufórico por la reacción espontánea de miles de palestinos que esta noche lo arropaban ante las cámaras de televisión de todo el mundo, Arafat se sumó a los cánticos de "sacrificaremos nuestras vidas, sacrificaremos nuestras almas por ti Palestina".
Los miles de palestinos comenzaron a fluir hacia la Gobernación (mukata) poco después de conocerse la resolución israelí, que aunque no tiene efecto inmediato ha causado un aluvión de reacciones de rechazo en todo el mundo, en particular entre los palestinos.
Arafat pidió esta noche a los manifestantes que no abandonen la "mukata" porque: "me quedaré en mi oficina a pesar de las amenazas de Israel".
"Podrán matarme con sus bombas pero no podrán deportarme de Ramalla", aseguró ganándose una ovación por parte de los miles de jóvenes.
Los palestinos han tomado esta noche no sólo las calles de Ramalla, sino también de Gaza, Tulkarem, Nablus, Jenín, Belén, Jan Yunes y otros muchos lugares.
Como es costumbre en sus discursos Arafat no olvidó mencionar ni a los prisioneros en cárceles israelíes ni a Jerusalén.
"A los prisioneros palestinos les digo desde aquí que caminaremos juntos a Jerusalén, Jerusalén Jerusalén", subrayó el presidente palestino.
También enfatizó la necesidad de la unidad nacional entre los palestinos y leyó textos del Corán para alentar a los palestinos a combatir contra la ocupación de las tierras palestinas.
"Quiero recordaros el año pasado, cuando el Ejército quiso detonar este mismo lugar, que fuisteis vosotros los que lo impedisteis".
Y agregó: "Lo que ocurre esta noche dice al mundo que vosotros, los bravos, no tenéis miedo ni os rendiréis".
"Y lo que es más importante, hermanos míos, es que ni este pueblo ni yo, nos iremos de esta tierra, porque nos quedaremos aquí a defenderla", concluyó mientras levantaba un arma automática en su mano.