MADRID.- La voz de Salvador Allende, el presidente de Chile derrocado hace treinta años por las fuerzas Armadas, se escuchó hoy en Madrid en un homenaje multitudinario en la Casa de América, en el que se recordó su esperanza de ver a los hombres libres construyendo "una sociedad mejor".
En el acto, organizado por la Asociación Pro Memoria Salvador Allende, participaron el alcalde de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón; el presidente del gobierno regional de Castilla La Mancha, José Bono; el rector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa, y el Fiscal Carlos Castresana, entre otros.
El 11 de septiembre de 1973, el general Augusto Pinochet encabezó un golpe de Estado en Chile en una jornada que incluyó un ataque aéreo al Palacio de la Moneda, en Santiago, lugar donde murió el presidente Allende.
Al comienzo del homenaje, la presidenta de la Asociación Promemoria, Victoria Benado, hizo reproducir las palabras de Allende, difundidas poco antes de su muerte por la Radio Magallanes en las que condenaba la "felonía, la cobardía y la traición" de los golpistas.
En su intervención, el alcalde en funciones de Madrid coincidió con los demás participantes en recordar las palabras de Allende en las que decía: "queden ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor".
Gallardón lamentó el episodio golpista de la historia chilena en el que "las balas se adelantaron a los votos", antes de que Allende terminara su periodo presidencial, en noviembre del 1976.
El diputado socialista Joaquín Leguina aseguró que "para quienes vivimos los años de la Unidad Popular (UP, el entonces partido de gobierno en Chile), la muerte de Allende supuso la esperanza que desembocó en desesperación, en ruido y en furia".
Otra de las participantes en el homenaje, la escritora Rosa Regás, dijo que "como en la Guerra Civil española (1936-1939), muchos países demostraron la "doblez" necesaria para llevar a cabo la "desestabilización soterrada" del régimen de Chile.
Regás fue contundente al desear que hoy "sean juzgados los asesinos que tienen cara y nombre, pues no vale decir que ya todo ha pasado y que no hay que volver a los tristes episodios ya superados".
A su turno, el fiscal Carlos Castresana, de la Unión Progresista de Fiscales y promotor del proceso judicial en España contra los militares de las dictaduras en Argentina y Chile, dijo que Allende suponía "un compromiso que hoy en la política es cada vez mas infrecuente en la medida en que fue posiblemente el último utópico del siglo veinte y representa la dignidad y el compromiso de la política".
Para Castresana, una de las muestra de que la historia de Chile va siendo "razonablemente rectificada" es que en frente del Palacio de la Moneda está "la estatua de Allende y no -dijo- la de ese otro al que no quiero nombrar".
El presidente de Castilla La Mancha, José Bono, recordó su último viaje a Chile, en el 2000, cuando inauguró la estatua de Allende a la que se refirió Castresana, una donación de su gobierno y cuando recogió una niña chilena que él y su mujer adoptaron.
Según Bono, para muchos ciudadanos del mundo, "este día 11 de septiembre y el nombre de Allende significan mucho" y añadió que deseaba entonar una "oración laica por quien supo y pudo defender a Chile y confundió con su valentía nada común a aquel grupo de traidores patrioteros que habían hecho supuestamente de la valentía profesión y uniforme".
"Quienes militamos en la causa del socialismo democrático tuvimos y tenemos en Allende un espejo limpio donde mirarnos; el mismo espejo -afirmó Bono- que hicieron añicos y tiñeron de sangre unas botas negras".
Durante el acto fue leído un texto enviado por el escritor portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura 1998, quien citó a al dramaturgo chileno Juan Radrigán para recordar que en Chile "los muertos no están muertos y los vivos no están vivos".
Según Saramago, a su entender, eso significa, entre otras cosas, que "los chilenos vivos no están cumpliendo el más elemental deber de quien está vivo: conservar y revivificar en la acción la memoria de quienes perdieron la vida porque creían en la única patria que nos debe merecer respeto: la de la honra y la felicidad".
En el homenaje a Allende interpretaron canciones, muy aplaudidas por los asistentes, en su memoria los cantautores Amancio Prada y José Antonio Labordeta, quien también es diputado por el partido Chunta Aragonesista.