SRINAGAR, India.— Las acciones de violencia se acrecentaron este sábado en la provincia de Cachemira, bajo control indio, donde murieron por lo menos 20 personas y decenas quedaron heridas, a causa de las explosiones, tiroteos y un asesinato de carácter político.
En los ataques, 37 personas, la mayoría de ellas civiles, fueron heridas en una nueva ola de violencia en el valle de Cachemira, donde operan grupos insurgentes, dijeron las autoridades.
Los extremistas combaten para que la parte de Cachemira controlada por la India sea integrada a Pakistán, o se constituya en un territorio autónomo.
Presuntos extremistas musulmanes mataron a un ex líder guerrillero y ex legislador, y a otros cuatro, e hirieron a otros 20.
Los atacantes lanzaron granadas y acribillaron a Kuka Parrey, de 48 años, que fue el principal líder del grupo extremista Ikhwan-ul Muslimeen hasta 1994, pero después cambió de bando y colaboró con las fuerzas del gobierno contra los separatistas, dijo un policía que no quiso identificarse.
El asesinato tiene lugar en medio de un incremento de la violencia por parte de los separatistas de Cachemira después que las fuerzas de seguridad comenzaron a atacar objetivos rebeldes y mataran a un comandante del grupo Jaish-e-Mohammed, uno de los grupos extremistas que combaten en la región, desde Pakistán.
Tres civiles murieron y otros 11 fueron heridos cuando varias cargas explosivas estallaron en una carretera estatal de Bijbehara, unos 50 kilómetros al sur de Srinagar, dijo la policía.
Según la fuerza pública, los rebeldes colocaron la bomba en la carretera que conecta a Srinagar con el resto de la India. El tránsito vehicular fue suspendido por más de una hora mientras la policía y civiles trasladaban a las víctimas. La policía dijo que seis vehículos también fueron dañados.
Previamente, los guerrilleros atacaron un campamento militar en el distrito de Kupwara, mataron a cuatro soldados e hirieron a otros seis. Uno de los rebeldes también murió.