BAGDAD.- El secretario de Estado de EE.UU., Colin Powell, inició hoy su primera visita a Bagdad desde la caída del régimen de Saddam Hussein, en medio de las divergencias en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre el futuro de Irak.
Powell, que es también el primer jefe de la diplomacia de EE.UU. que visita Irak en cuatro décadas, llegó a la capital iraquí en un avión militar procedente de Kuwait, y fue recibido por el jefe de la Administración Civil de Irak, el estadounidense, Paul Bremer.
Además de Bremer, tiene previsto reunirse con altos militares estadounidenses, así como con miembros del Consejo de Gobierno iraquí, creado en julio por la Administración Civil para dirigir el país durante el periodo de transición.
El restablecimiento de la seguridad, la reconstrucción y el traspaso del poder a los iraquíes se espera que centren las conversaciones de Powell en Irak.
Su visita coincide con la presencia en Irak de la ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, que llegó hoy a la ciudad sureña de Diwaniya para visitar las tropas españolas destacadas en el área y reunirse con las autoridades locales.
Powell viajó a Kuwait e Irak después de la reunión mantenido el sábado en Ginebra por los ministros de Exteriores de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU para debatir sobre el futuro de Irak.
Tras ese encuentro, Powell admitió que hay "convergencias y diferencias" entre los países con derecho a voto en el Consejo de Seguridad, aunque consideró posible llegar a un consenso en la negociación de una nueva resolución sobre Irak.
Subrayó, sin embargo, que "hay respuestas positivas a la nueva propuesta de resolución", e indicó que el objetivo común es "poner el poder en manos del pueblo iraquí para su propio destino y futuro tan rápido como sea posible y de una manera responsable".
En un comunicado, Powell indicó que durante su estancia en Irak tiene la intención de "comprobar de primera mano" los progresos realizados por la comunidad internacional y el pueblo iraquí "en la reconstrucción de su nación tras 30 años del destructivo régimen de Saddam Husein".
La inseguridad constituye el primer problema de Irak y los esfuerzos de la ONU y otras organizaciones humanitarias por brindar ayuda a la población civil encuentran en esta situación su mayor obstáculo.
Hoy mismo un soldado estadounidense murió y otros tres resultaron heridos por la explosión de una bomba al paso del vehículo militar en el que viajaban en una zona situada al oeste de Bagdad.
Según fuentes militares norteamericanas, el ataque tuvo lugar en la madrugada de hoy cerca de la ciudad de Falluja, a unos 60 kilómetros al oeste de la capital.
El nuevo ataque se produjo dos días después de que las tropas de EE.UU. dispararan por error y mataran a una decena de policías iraquíes en Falluja, considerada el corazón de la resistencia contra la ocupación anglo-norteamericana.
Unos 70 militares estadounidenses han muerto en acciones de la resistencia armada iraquí desde que el presidente de EE.UU., George W. Bush, anunciara el fin de la guerra en Irak, el pasado 1 de mayo.