EL CAIRO.- Los delegados permanentes de los 22 países de la Liga Árabe celebran hoy en El Cairo una reunión de emergencia para tratar sobre qué respuesta dar a la intención del Gobierno israelí de exiliar al presidente palestino, Yasser Arafat.
La reunión, que tendrá lugar esta noche, fue convocada en respuesta a una petición de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), cuyo embajador ante la Liga, Mohamed Sobeih, explicará a sus colegas árabes "la crítica situación en los territorios ocupados en general", según fuentes diplomáticas palestinas en El Cairo.
Sobeih también pedirá que los jefes de Estado de los influyentes países árabes, especialmente Egipto y Jordania, que tienen firmados acuerdos de paz con Israel inicien una campaña diplomática internacional para hacer frente a las amenazas israelíes.
"Lo que quiere la ANP es que los Estados árabes intensifiquen sus contactos con Estados Unidos y la Unión Europea (UE) para obligar al Gobierno israelí a que revoque su decisión y deje de amenazar al presidente Arafat", añadieron las fuentes.
El viceprimer ministro israelí, Ehud Olmert, delfín del primer ministro, Ariel Sharón, afirmó ayer que matar a Arafat es "definitivamente una de las opciones" que tiene su Gobierno para poner en marcha la decisión tomada la semana pasada de prescindir del presidente palestino.
Olmert, que fue alcalde de Jerusalén, explicó también que la expulsión de Arafat o aislarlo férreamente en sus oficinas de Ramalla, donde permanece confinado desde diciembre de 2001, son otras opciones estudiadas también por el Gobierno de Israel.
Las amenazas israelíes a Arafat han suscitado enfado en el mundo árabe, y el portavoz de la Liga, Hisham Yusef, dijo que "la decisión israelí significa un certificado de muerte para todos los esfuerzos que pretenden establecer la paz" en Oriente Medio.
También advirtió de que la posible deportación de Arafat "provocaría graves consecuencias negativas no sólo en Oriente Medio, sino también en todo el mundo".
El secretario general del organismo panárabe, Amro Musa, también condenó firmemente la intención israelí de deportar al presidente de la ANP, y expresó la solidaridad de los países árabes con el líder palestino.
Según Sobeih, los países árabes consideran que EE.UU. "es la parte que más presiones puede ejercer sobre el Gobierno de Israel", pese a que Washington no trata con Yasser Arafat desde hace más de un año al acusarle de no haber hecho suficientes esfuerzos para luchar contra el terrorismo.
El rey Abdala II de Jordania, que viajó el domingo a EE.UU., ha afirmado que instará al presidente de ese país, George W. Bush, a que presione al Gobierno israelí para que no exilie a Yasser Arafat, y adopte "medidas prácticas" para aplicar el plan de paz conocido como "Hoja de Ruta".
Durante su intervención la semana pasada en el Parlamento jordano, el rey Abdala dijo que pedirá a Bush que muestre su apoyo al nuevo Ejecutivo palestino y al primer ministro designado, Ahmed Qurea (Abú Alá).
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, advirtió ayer que asesinar o expulsar a Arafat sería atizar la ola de violencia en la región y manifestó que las declaraciones de Olmert son contraproducentes porque pueden provocar "una reacción de furia en el mundo árabe", de los musulmanes y en diversas partes del mundo.