CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II, aunque con la voz temblorosa, dio la impresión de estar más fuerte el miércoles durante su primera audiencia general desde que su reciente viaje a Eslovaquia dejó ver su debilidad y causó temor por su salud.
El Pontífice, de 83 años, leyó la mayor parte de su discurso en italiano y en otros idiomas, aunque se saltó algunas líneas, aparentemente para conservar su fuerza y energía.
Sin embargo, su actuación del miércoles contrastó con su viaje de cuatro días a Eslovaquia, que terminó el domingo, donde sus asistentes tuvieron que leer casi todos sus discursos mientras el Santo Padre parecía débil y distante.
El Papa, que sufre el mal de Parkinson y que ya no puede caminar debido a la debilidad crónica de la cadera y las rodillas, pareció más alerta en la audiencia del miércoles.
Sentado en un trono especial con ruedas, leyó los primeros saludos de su discurso en diversos idiomas, mientras una multitud lo vitoreaba desde la Plaza de San Pedro.
A pesar de que su voz era temblorosa, el tono de la misma era más fuerte.
"Le agradezco a Dios todopoderoso la gracia que me concedió al permitirme viajar a Eslovaquia", dijo a la multitud.
En su discurso, agradeció de nuevo al pueblo eslovaco por haber resistido una de las peores represiones religiosas durante la era comunista.
El Pontífice agradeció las demostraciones de cariño de la multitud, sobre todo las de un grupo numeroso de polacos, cuando éstos ondearon banderas de su país.
El Papa fue llevado en automóvil al Vaticano desde su residencia de verano de Castel Gandolfo, al sur de Roma, y después de la audiencia, regresó inmediatamente a su palacio veraniego.