LA PAZ. - Cinco de los nueve departamentos (provincias) de Bolivia se encontraban paralizados la mañana del viernes debido a una protesta contra la exportación de gas por y para Chile, convocada por campesinos, sindicatos y la oposición.
En medio de un importante despliegue policial-militar, La Paz, sede del gobierno, se hallaba virtualmente sitiada por miles de campesinos aymaras que caminan desde diveros puntos rurales para converger en un cabildo convocado a primera hora de la tarde en la céntrica plaza San Francisco por el Movimiento Al Socialismo (MAS), principal fuerza de oposición del líder cocalero Evo Morales.
Pese a que el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada logró frenar de madrugada un paro del transporte en La Paz, la capital se sumergía en la inercia mientras el comercio cerraba sus puertas, el sistema financiero atendía con las persianas cerradas y las escuelas y colegios enviaban de vuelta a casa a los alumnos haciendo caso omiso a una instrucción del ministro de Educación, Hugo Carvajal.
También las actividades de la administración pública y privada declinaban antes de mediodía, de acuerdo con reportes de radio, y los chóferes guardaban sus vehículos temerosos de sufrir destrozos en las movilizaciones de la tarde.
Totalmente paralizada y tensionada está también la ciudad de El Alto, vecina de la sede del gobierno, de población mayoritariamente indígena, desde donde descendían látigo y piedras en la mano miles de originarios hacia La Paz.
En la central ciudad de Cochabamba, 403 km al este de La Paz, el autoproclamado Estado Mayor del Pueblo (EMP) lanzó a las calles a miles de cívicos, trabajadores y cultivadores inconformes.
Secundado por cientos de cultivadores de coca del combativo Chapare, Morales encabeza la movilización que tiene previsto recalar en la plaza de armas, bajo control de decenas de uniformados.
Con la oposición a la exportación de gas por y para Chile como telón de fondo, un paro cívico frenó las actividades en Potosí (suroeste), donde también se reivindican demandas regionales, y otro de carácter sindical hizo lo mismo en Oruro, 200 km al sur de La Paz, centro neurálgico del transporte terrestre del occidente andino de Bolivia.
Una multitudinaria marcha de trabadores tomó la plaza de armas de Oruro y gritó consignas contra los supuestos planes presidenciales de exportar gas, bajo las condiciones de las petroleras extranjeras que gerencian los yacimientos bolivianos.
"Si Sánchez de Lozada quiere guerra, guerra le vamos a dar carajo", desafió el líder de la Central Obrera Departamental, Pedro Montes.
Reportes de radio reflejaron tensión creciente en la subandina Sucre (sudeste).
En contraste con las regiones andinas y subandinas, la situación discurría con absoluta normalidad en los departamentos amazónicos de Pando y Beni (nordeste y norte), en Santa Cruz (este), el más pujante del país, y en Tarija (estremo sur).
La protesta, que debe cerrar en La Paz con una marcha nocturna de teas, fragua en medio de cortes de ruta en el Altiplano andino y los valles agrícolas de los Yungas.
La administración de Sánchez de Lozada, que ha puesto en ejecución un plan de contingencia, ha puesto en apronte a las Fuerzas Armadas.