BRASIL.- Brasil negó que el rápido crecimiento de su producción de soja esté asociado a la devastación de la selva amazónica y atribuyó al proteccionismo de Estados Unidos recientes denuncias en este sentido.
El Ministerio de Agricultura y Pecuaria afirmó en un comunicado que "el proteccionismo agrícola de los países desarrollados está incomodado por la expansión del agronegocio en Brasil". El despacho oficial respondió así a un reciente reportaje del "The New York Times", en el que se aseguraba que la constante deforestación de la región amazónica en varios estados de Brasil está siendo impulsada por la fiebre de la soja.
El ministro de Agricultura, Roberto Rodrigues, atribuyó las versiones al interés de los países desarrollados "decepcionados" tras la reunión de la Organización Mundial de Comercio en Cancún, la semana pasada. "Esos países subsidian sus agriculturas e imponen barreras al comercio agrícola mundial", dijo Rodrigues, quien el lunes estará Nueva York en un foro sobre la economía brasileña.
La producción de soja de Brasil ha crecido en 114 por ciento desde la cosecha de 1990/91, mientras que la superficie destinada a este cultivo sólo creció 15,9 por ciento en el período, según el gobierno. Brasil se ha convertido en el segundo productor mundial de esta oleaginosa, que exporta en forma de grano y harinas semiprocesadas. "Hoy el cultivo de soja en el norte del país, donde está la selva amazónica es de 211 mil hectáreas, lo que representa el 0,06 por ciento del área de 387 millones de hectáreas de la región", según el comunicado oficial.
La amazonía brasileña comprende una área de unos cinco millones de kilómetros cuadrados, en la que la selva tropical está siendo destruida a un ritmo promedio de unos 20.000 kilómetros cuadrados anuales, según cálculos oficiales. La cifra, que grupos ecologistas consideran conservadora, equivale a 2,2 kilómetros cuadrados por hora, o 220 hectáreas, donde cabrían unos 400 campos de fútbol.
La nota del gobierno afirma que el gobierno "no permitirá que la selva amazónica sea deforestada indiscriminadamente". Según el gobierno, el aumento de la producción agrícola en Brasil desde 1975 ha permitido salvar 50 millones de hectáreas de selvas que pudieron haber sido desforestadas para albergar nuevos cultivos. Brasil todavía dispone de 90 millones de hectáreas aún no explotadas y disponibles "para ampliar su frontera agrícola sin ni siquiera derrumbar un sólo árbol de la Amazonía", según el comunicado.
El gobierno brasileño ha afirmado que este año el país obtendrá una cosecha récord de 122 millones de toneladas de granos, en un área de 43,8 millones de hectáreas. De la zafra total 52 millones de toneladas serán de soja, que se ha convertido en el principal producto de exportación de Brasil.
El país espera colocar en los mercados internacionales 27 millones de toneladas del grano y facturar unos 8.000 millones de dólares, con lo que superará por primera vez a Estados Unidos, su principal competidor en el mercado mundial, según el comunicado. El gobierno atribuyó el crecimiento de la producción a inversiones en tecnología lo que han permitido elevar en 81,1 por ciento la productividad en 12 años.