BAGDAD.- Un suicida hizo explotar un coche bomba cerca de la sede de la ONU en Bagdad, matando también a un guardia de seguridad e hiriendo a 17 personas, un mes después de que un ataque con un camión bomba devastara el edificio.
La explosión se produjo en la víspera de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, a la que tiene previsto asistir una delegación iraquí. Una de las personas que debía representar a Irak en la asamblea, la integrante del Consejo de Gobierno iraquí Akila al Hashemi, resultó herida gravemente el sábado en un intento de asesinato en Bagdad.
"Esto es un ataque suicida", dijo el capitán Sean Kirley, un oficial estadounidense en el lugar de la explosión. Ésta se produjo hacia las 8:10 horas(04:10 horas GMT), a unos 250 metros del edificio de la ONU en el que 22 personas murieron el mes pasado.
La fuerza de la explosión partió al coche bomba en dos y lanzó pedazos de metal en todas las direcciones. Todo lo que quedó del vehículo fue un caparazón quemado.
Kirley declaró que el suicida condujo el auto hasta el estacionamiento y recibió el alto por parte de un guardia de seguridad.
"El conductor y el guardia empezaron a hablar y la bomba fue detonada desde el interior del vehículo" dijo Kirley. Los daños a los otros vehículos fueron catastróficos", añadió.
"Quería entrar en la sede de la ONU y cambió su objetivo" debido a la seguridad que rodeaba el edificio, dijo Kirley.
Pánico en personal del edificio
Hanan Tahir, un nutricionista que trabaja para el Programa Mundial de Alimentos, dijo que el ataque causó el caos entre el personal de la ONU.
Aqeel Abd Ali, un guardia del edificio, dijo que el torso y la cabeza del suicida habían sido halladas, y que su cara aún era reconocible. La policía trataba de identificarlo.
En un hospital cercano, Wahid Karim se recuperaba después de que los médicos le extrajeran de la cabeza un trozo de metal.
Una portavoz de la ONU dijo que 17 personas resultaron heridas, dos de ellas personal iraquí de las Naciones Unidas y el resto guardias de seguridad iraquíes.
"Este incidente subraya de nuevo que Irak continúa siendo una zona de guerra y que existe un gran riesgo, en particular para los que trabajan para mejorar las vidas del pueblo iraquí", dijo Kevin Kennedy, un funcionario de alto rango de la ONU en Irak, en un comunicado leído por su portavoz en el lugar del atentado.
Desde que Bush declaró el final de los combates el 1 de mayo, 79 soldados estadounidenses han muerto en incidentes hostiles en Irak.
Bush quiere una nueva resolución de la ONU que cree una fuerza multinacional, pero Francia y Alemania, que se opusieron a la guerra liderada por Estados Unidos, exigen que Washington acepte un rápido traspaso de poder a los iraquíes, algo que Estados Unidos considera llevará al caos.
