DUBAI.- El presidente del Banco Mundial (BM), James Wolfensohn, abogó hoy por un nuevo equilibrio entre países desarrollados y en vías de desarrollo en materia de ayuda y comercio, y llamó a que todos renuevan su compromiso con la lucha contra la pobreza.
"Necesitamos un nuevo equilibrio global, un nuevo balance en la relación entre naciones ricas y naciones pobres", afirmó Wolfensohn en su discurso de apertura de la reunión anual conjunta del BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se lleva a cabo en Dubai.
"Esto es esencial, no sólo para reducir la pobreza y aumentar la prosperidad, sino también para la seguridad y la paz", subrayó el presidente del Banco Mundial ante delegados de 184 países.
Wolfensohn recordó los compromisos asumidos tanto por los países ricos como por los pobres de contribuir a lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que incluyen la reducción de la pobreza a la mitad para el año 2015.
El máximo directivo del BM consideró que las acciones emprendidas hasta el momento no están a la altura de esos compromisos y llamó a los gobiernos a cumplir sus responsabilidades y remendar lo que calificó como un sistema global inequitativo.
Wolfensohn señaló que la reunión de la Organización Mundial de Comercio celebrada este mes en el balneario mexicano de Cancún supuso una llamada de atención, ya que los países pobres, donde viven más de 3.000 millones de personas, se negaron a aceptar las propuestas comerciales presentadas por los países ricos.
"Ellos dejaron en claro que debe haber un mayor balance entre los ricos y poderosos, por un lado, y los pobres y numerosos, por el otro. Ellos dejaron en claro que, para que haya desarrollo global y paz en nuestro planeta, debe haber un orden de prioridades diferente", afirmó el presidente de la entidad mundial.
Wolfensohn mencionó como "fuerzas de desequilibrio" en el mundo el hecho de que 1.000 millones de personas son dueños del 80 por ciento del producto interno bruto, en tanto que otros 1.000 millones tienen que luchar para sobrevivir con un un dólar diario.
En este contexto, advirtió que otros 2.000 millones de personas se sumarán a la población global en los próximos 25 años, el 95 por ciento de ellos en los países pobres.
Por su parte, el director ejecutivo del FMI, Horst Koehler, también se refirió en su intervención a la cumbre de Cancún, al señalar que su fracaso "ciertamente no ha reforzado la confianza global", lo que "debe ser una llamada de atención para la comunidad internacional".
Según Koehler, las prioridades para la economía global consisten en la aplicación de reformas encaminadas a colocar las finanzas sobre una base sólida a mediano plazo dado el envejecimiento de las sociedades.
También se necesitan reformas, agregó, para hacer las economías más flexibles, reforzando la educación y mejorando los incentivos para el trabajo, y para fortalecer las instituciones en que se apoya una economía de mercado que funciona bien. Asimismo, es necesario una mayor igualdad social, subrayó.
"Mi visión para el FMI es trabajar para una globalización mejor", indicó Koehler, para quien, "a largo plazo, la igualidad social y una distribución aceptable de los ingresos constituyen los pilares de la estabilidad política y, por ende, del desarrollo económico".