FLORENCIA.- Al menos diez personas murieron y más de treinta resultaron heridas hoy en un atentado perpetrado por presuntos rebeldes de las FARC con una motocicleta cargada con explosivos en Florencia, suroeste de Colombia.
El atentado ocurrió a las 3.00 de la madrugada (8.00 GMT), en una zona de bares de Florencia (capital del departamento del Caquetá, 350 kilómetros al suroeste de Bogotá), precisó el general Luis Ardila, comandante de la Brigada XII del Ejército.
Agregó que entre las víctimas hay dos agentes de Policía, una mujer y varios menores de edad.
Según expertos de la Fiscalía General colombiana, la motocicleta estaba cargada con 5 kilos de explosivos.
Por lo menos 32 heridos fueron trasladados al hospital María Inmaculada de Florencia, de los cuales quince están en estado grave.
La elevada cifra de heridos causó una emergencia en el centro médico y los directivos pidieron donantes de sangre con urgencia.
Ardila dijo que al parecer la mayoría de los heridos son civiles, ya que el atentado se registró en una zona de bares y restaurantes que a esa hora estaban muy concurridos por ser fin de semana.
El general Ardila añadió que el atentado fue cometido al parecer por un frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Mientras tanto, el alcalde de Florencia, Alvaro Pacheco Alvarez, anunció que se pagará una recompensa de unos 27.000 dólares a quien facilite información que permita detener a los autores del atentado.
Esta acción es la más grave de las últimas dos semanas en Colombia luego de la ocurrida con un caballo cargado de dinamita el pasado 10 de septiembre en la población andina de Chita (Boyacá, a 300 kilómetros de Bogotá), que provocó ocho muertos y del que las autoridades responsabilizaron también a las FARC.
En lo que los analistas consideran como un escalón más de la degradación del conflicto, en los últimos tres años se han utilizado para cometer atentados en Colombia burros, cerdos, bicicletas, libros, collares y cadáveres humanos cargados con explosivos por parte de guerrilleros y de bandas de delincuentes.
Las FARC, la mayor y más antigua guerrilla colombiana, participó en unas fallidas negociaciones de paz con el gobierno del anterior Presidente colombiano, Andrés Pastrana (1998-2002).
El actual Mandatario, Alvaro Uribe, expresó interés en gestiones de paz, siempre y cuando haya una mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero el movimiento insurgente planteó una serie de exigencias que fueron rechazadas por el Ejecutivo.
Al mismo tiempo, el gobierno de Uribe ha puesto en marcha la política de "seguridad democrática" que prevé incentivos a los guerrilleros para que abandonen las armas, la cooperación de los ciudadanos con las autoridades y el fortalecimiento de las Fuerzas Militares para combatir el terrorismo.
