La Paz.- El intento de las autoridades de Bolivia de iniciar el diálogo con los campesinos que bloquean las carreteras del altiplano de La Paz resultó infructuoso, porque ambas partes no lograron un consenso sobre las condiciones en que debe desarrollarse la negociación.
El líder de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Felipe Quispe, afirmó hoy que la tentativa del Ejecutivo fue "un fracaso total" y calificó de "burla" la propuesta gubernamental.
Ayer, los ministros de Asuntos Campesinos, Guido Añez, y Participación Popular, Mirtha Quevedo, se desplazaron hasta una emisora de Radio en El Alto, ciudad contigua a La Paz, con el objetivo de sentar las bases para el inicio de las conversaciones.
Tras escuchar las demandas de la CSUTCB, los ministros se retiraron y enviaron horas después una carta a la organización sindical en la que sugerían el retiro de forma simultánea de los bloqueadores y de las fuerzas del orden que custodian los caminos para comenzar a dialogar.
Como escenario para la negociación propusieron El Alto por su proximidad con La Paz, que permitiría a ambos bandos realizar de manera rápida y eficaz las consultas con sus respectivas directivas.
Quispe se negó hoy a aceptar esta opción y reiteró el interés de la CSUTCB de conversar en la localidad de Warisata, en una de las zonas donde se registra mayor tensión desde el inicio de las protestas hace trece días.
En Warisata se produjo el pasado día 20 el suceso más sangriento del conflicto, cuando un fuego cruzado entre fuerzas del orden y campesinos concluyó con la muerte de una soldado y cuatro civiles, entre ellos una niña de ocho años.
En ese área siguen cortadas actualmente varias carreteras que enlazan la sede de gobierno con los puntos fronterizos peruanos y chilenos, en especial alrededor de las poblaciones de Huarina, Achacachi, Sorata y Copacabana, además de Warisata, todas ellas en las proximidades del lago Titicaca.
Para revertir la situación, el líder de la CSUTCB dijo hoy que lo primero que debe hacer el gobierno es sacar a los efectivos del Ejército de las comunidades del altiplano, cuya presencia es para los habitantes del lugar como "estar sentado sobre una bayoneta".
Otra de las condiciones que impuso, y que las autoridades no aceptaron, es la liberación de los campesinos encarcelados durante el conflicto.
Aseguró que las medidas de presión pueden prolongarse durante el tiempo que sea necesario, puesto que las etnias andinas son capaces de sobrevivir gracias a su economía de autosubsistencia, a pesar de los bloqueos que impiden el transporte de productos.
Entre las demandas campesinas se encuentran el respeto a los derechos humanos de sus compañeros, la entrega de las tierras comprometidas por el Estado, la creación de una universidad indígena y el desarrollo rural a través de medidas como electrificación, asfaltado de caminos y mecanización de la agricultura.
Se oponen además a la entrada en vigor del Area de Libre Comercio de las Américas y a la exportación del gas boliviano a Norteamérica, y reclaman una revisión de la Ley 21060, que impuso el sistema de libre mercado en el país en 1985, y de las nueva leyes de Código Tributario y de Seguridad Ciudadana.
Por último, Quispe exigió la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, al que llamó "inútil" e "incapaz de resolver los problemas del país".
Propuso también que el Mandatario "se vaya a su patria, a Estados Unidos", en alusión a la vinculación del gobernante con el país norteamericano, donde residió durante varios años, experiencia que dejó un marcado acento en su dicción del castellano.
La incertidumbre que se vive en Bolivia podría agravarse en los próximos días, debido a los paros y movilizaciones convocados por la Central Obrera Boliviana para el lunes y por la Coordinadora por la Defensa del Gas, encabezada por el Movimiento al Socialismo, para el martes.