PEKÍN.- Un cohete portador tipo Larga Marcha 2F pondrá el próximo miércoles 15 en órbita la nave "Shenzhou 5" (Barco Mágico) con el primer astronauta de China, confirmó hoy un portavoz del centro espacial en Jiuquan, en la provincia de Gansu.
Para su vuelo, de una duración máxima de un día, la nave despegará desde la base espacial al margen del desierto de Gobi, en el norte de China.
Esto convertirá a China en el tercer país que pone por sus propios medios a un astronauta en el espacio, después de Rusia y Estados Unidos.
El cohete Larga Marcha 2F es una versión mayor, tecnológicamente más avanzada y más poderosa del cohete ruso Soyuz.
La nave "Shenzhou 5", con capacidad para hasta tres personas, consta de un módulo instrumental con cuatro turbinas, la cápsula orbital con el espacio de trabajo y la cápsula para el regreso del astronauta, que debe aterrizar en la Mongolia.
El primer astronauta chino será elegido poco antes del lanzamiento entre tres o cuatro candidatos. China dispone de 14 astronautas, de los cuales Wu Jie y Li Qinglong han sido entrenados en Rusia.
Será éste el comienzo de un programa de navegación espacial tripulada con que contempla, a largo plazo, la construcción de una estación espacial.
El primer vuelo tripulado chino ha sido precedido de tres vuelos de prueba desde noviembre de 1999. El último, de prueba de los sistemas de mantenimiento de la vida, fue lanzado en diciembre de 2002. Para comienzos de 2004 está planeado un segundo vuelo tripulado.
China lanzará probablemente dentro de tres años a la Luna una sonda para explorar las posibilidades de un descenso lunar.
En la prensa occidental, los astronautas chinos suelen se llamados "taikonautas", de la palabra china "taikong" para el espacio. Pero en chino se llaman "yuhangyuan" que literalmente quiere decir "navegante del universo".
El primer astronauta chino saldrá al espacio 42 años después del primer vuelo del cosmonauta ruso Yuri Gagarin, en 1961, que fue seguido semanas después por el primer astronauta estadounidense, Alan Shepard, y en 1962 por John Glenn, que, tal como Gagarin, sobrevoló la tierra.