CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II parecía haber superado este miércoles el cansacio de su visita a Pompeya (sur) y celebró descansado la audiencia general en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El Pontífice tenía buen semblante a pesar de sus evidentes dificultades para articular las palabras, por lo que tuvo que interrumpir varias veces su discurso y se saltó algunas frases, mientras miles de fieles lo aplaudían y ovacionaban.
Durante su intervención, invitó a los creyentes a redescubrir el valor de las oraciones, tanto las de la manaña como las de la noche, que se están perdiendo en una sociedad dominada por las prisas.
Al término de la audiencia el Pontífiec se acercó a los fieles, a quienes saludó en varios idiomas, apretó manos, acaricio niños y se dejó fotografiar con un grupo de chinos.
El viaje a Pompeya, en el sur de la península, representó un esfuerzo importante para el Papa, de 83 años, quien sufre la enfermedad de Parkinson desde hace varios años y casi no puede caminar.
Todo parece indicar que se ha recuperado tras los meses calurosos del verano boreal y que los tratamientos a los que lo someten están dando resultados.
El martes, durante la ceremonia de dos horas, ofreció una imagen de mayor fortaleza que la había presentado la semana pasada, cuando apareció dolorido y cansado.
Juan Pablo II, que el 16 de octubre celebra 25 años de pontificado, tiene una agenda particularmente apretada para el mes de octubre.
El 19 presidirá la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, mientras el 21, convocó a un Consistorio para otorgar el título cardenalicio a 31 nuevos cardenales, entre ellos tres latinoamericanos.
El pontífice continuará celebrando las audiencias generales de los miércoles y el Angelus dominical, además de recibir en privado a importantes personalidades, entre ellas el Presidente de Uruguay, Jorge Batlle, con quien se entrevistará el 13 de octubre en su estudio.