MADRID.- Cuba quiere normalizar sus relaciones con la Unión Europea (UE), pero considera que eso sólo será posible bajo la garantía de que los países de la región no tengan injerencia en los asuntos internos de la isla, según afirmó hoy en Madrid la embajadora del país caribeño en España, Isabel Allende.
La funcionaria afirmó que las sanciones contra Cuba adoptadas por el bloque europeo en junio pasado son "inaceptables" y "no se corresponden con el establecimiento de relaciones diplomáticas normales" entre países.
"Son inaceptables para nosotros y tampoco serían aceptadas por un país de la propia UE", señaló Allende en un rueda de prensa, al referirse a la decisión de los Quince de limitar las visitas gubernamentales bilaterales de alto nivel a la isla, reducir el intercambio cultural o invitar al diálogo a la disidencia.
Estas medidas fueron adoptadas por la UE en respuesta a las ejecuciones de tres secuestradores armados de una lancha, en abril pasado, y a las elevadas penas de cárcel impuestas a 75 opositores del régimen de Fidel Castro.
"No tenemos ningún problema con Europa, es Europa la que plantea el problema con nosotros", manifestó Allende, quien justificó las medidas de su gobierno por la "situación interna" y el "recrudecimiento de la agresión de Estados Unidos" contra Cuba.
A este respecto, señaló que Washington acusa a su país de tener armas biológicas, que desde Estados Unidos se fomenta la inmigración ilegal y que a raíz de episodios como el secuestro de aeronaves, que también calificó de "fomentados", Cuba tuvo que "tomar determinadas medidas para proteger su seguridad nacional".
Allende reconoció que Europa siempre ha sido una alternativa importante para contrarrestrar los efectos del embargo de Estados Unidos y diversificar las relaciones de Cuba con el mundo, desde el punto de vista comercial, de las inversiones extranjeras, del turismo o del intercambio cultural.
Opinó que "las cosas no tienen por qué ser color de rosa", puesto que es legítimo que haya maneras distintas de ver las cosas entre los gobiernos europeos y el de Cuba, pero que pese a esas diferencias es posible el entendimiento.
En cuanto a España, Allende señaló que es un país muy querido por los cubanos, ya que a ambos les une una relación de familia y de sangre.
"Lo natural es que haya una buena relación entre Cuba y España. Lo que no es lógico es que no exista una buena relación", dijo.
Pero esa relación, subrayó, tiene que estar basada en el respeto mutuo y no ser "la relación del padre autoritario que quiere impedir que su hijo, que ya alcanzó la mayoría de edad, vaya con sus propias alas". "Tenemos derecho a discrepar", agregó.
En este contexto, hizo alusión al presidente del gobierno español, José María Aznar, que en un reciente encuentro con el exilio cubano en Miami afirmó querer para Cuba lo mismo que para España.
"Nunca habrán oído a un dirigente cubano decir que queremos para España lo mismo que queremos para Cuba", señaló Allende.