BUENOS AIRES.— Ante un Senado que lo escuchó con atención, el juez de la Corte Suprema Eduardo Moliné O’ Connor se defendió el miércoles de las acusaciones por presunto mal desempeño asegurando que "son infundadas" y que en caso de concretarse su destitución se mancharía la imagen del país.
"Estoy absolutamente limpio de todas estas infamias con las que se ataca a mi persona", sostuvo el magistrado durante su extensa exposición ante los senadores, que llevan adelante un proceso de juicio político en su contra.
"Soy juez de la Corte desde 1990, he desempeñado ese cargo con lealtad ...no van a encontrar en mi conducta alguna irregularidad de mi parte, ni como hombre", agregó.
A mediados de agosto y basándose en la investigación de una comisión legislativa, la Cámara de Diputados consideró que había pruebas suficientes para impulsar el juicio político contra Moliné O’ Connor, acusado de 10 cargos por mal desempeño.
El juez está sospechado de favorecer a una empresa contratista del Estado, anular una sentencia contra una empresa automotriz por contrabando de vehículos y de sancionar a un juez cuando esa medida correspondía a otro órgano judicial.
La causa en su contra se encuentra ahora en el Senado que, como lo establece la constitución, deberá decidir si destituye o no al magistrado.
Pero el miércoles, los senadores podrían supenderlo en forma preventiva hasta que finalice el proceso en su contra.
"He sido el juez que firmó más sentencias, unas 170.000, de las que me reprochan sólo tres", sostuvo. Moliné hizo especial hincapié en el hecho de que esos fallos también contaron con la firma de los otros siete miembros del alto tribunal pero "sólo yo estoy aquí...hay una discriminación".
Y esto lo lleva a pensar que "hay una decisión política tomada respecto a mi persona", en una frase que apuntó indirectamente hacia el presidente Néstor Kirchner, quien al poco de asumir en mayo pidió públicamente al Congreso que diera los pasos necesarios para lograr una renovación en la desprestigiada Corte Suprema.
El máximo tribunal no goza de buena imagen ante la mayoría de los ciudadanos, según distintas encuestas, en particular a causa de su papel durante la década de 1990 por su presunta dependencia del poder político.
El propio Moliné, un abogado sin antecedentes jurídicos y más conocido por ser dirigente de la Asociación Argentina de Tenis, integra la denominada "mayoría automática", el grupo de cinco jueces acusados de favorecer con sus fallos al gobierno del ex presidente Carlos Menem.
Otro de los integrantes de ese grupo era el titular del tribunal, Julio Nazareno, quien renunció al cargo en junio agobiado por las denuncias en su contra.
En otro pasaje de su defensa, Moliné destacó que el proceso en su contra es seguido por el mundo como un síntoma de la falta de inseguridad jurídica en la Argentina.
"El mundo, del que necesitamos su apoyo, está mirando lo que pasa acá. Si no hay seguridad jurídica, ¿quién va a venir a poner un peso en al país? Esto nos puede causar un retroceso de años en el país".
Los senadores tienen un plazo de 15 días para atender los distintos testimonios de las partes y recibir nuevas pruebas.
En caso de que los legisladores avancen en la destitución de Moliné O’ Connor será la segunda vez en la historia del país desde 1946.
En el cierre, Moliné manifestó que "estoy pintado de alquitrán por difamaciones que no tienen fundamento y espero que el Senado no sea cómplice de esto".
Pero advirtió que en caso de concretarse su relevo del cargo "voy acudir a toda instancia necesaria para limpiar mi nombre y denunciar este proceso".