LA PAZ.- Por lo menos cinco personas murieron hoy en una nueva jornada de violencia y confrontaciones entre manifestantes y antidisturbios en la ciudad de El Alto, colindante con La Paz.
Con esto se elevan a 14 las víctimas del conflicto social iniciado en Bolivia hace aproximadamente un mes.
La emisora radiofónica Erbol informó de que hoy murieron personas, una en la zona de Ballivián, otra en Alto Lima, y las tres últimas cerca de la proveedora de combustible de Senkata, que se suman a las cuatro registradas desde que el miércoles se declaró un paro cívico indefinido en la población alteña.
La mayoría de las víctimas fueron abatidas por disparos de bala, señalaron varios testigos, quienes denunciaron una masacre por parte de las fuerzas del orden, que atacaron a los manifestantes incluso desde el aire.
La convulsión ciudadana se extiende hacia la ladera oeste de La Paz, donde los vecinos comenzaron a movilizarse y los dueños de locales comerciales cerraron sus tiendas para evitar saqueos.
Un testigo indicó que los militares desplazados a esa zona ayer están disparando sobre la población de forma indiscriminada, inclusive desde un helicóptero, y han herido a varias personas.
El malestar ciudadano en El Alto se propagó hoy hacia las laderas de la sede de gobierno, donde los vecinos comenzaron a movilizarse en solidaridad con la población vecina y los propietarios de puestos en los mercados populares cerraron sus negocios para evitar posibles saqueos.
Después de la sangrienta jornada del sábado, cuando se registraron dos muertes y al menos 15 heridos, el Gobierno decidió disponer un control militar en la urbe alteña, que comenzó a operar de madrugada.
La presencia de uniformados, unida a la acción de saqueadores, hizo que los vecinos de esa población se mantuviesen en vigilia durante toda la noche pasada.
A pesar de la falta de descanso, el descontento social generó nuevas marchas y barricadas en la calles desde primeras horas de la mañana de hoy, lo que ocasionó otra oleada de confrontaciones con policías y militares.
Con estas cinco nuevas muertes, ya son nueve las personas que han perecido en El Alto desde que el miércoles comenzó un paro cívico indefinido convocado por las juntas vecinales y la central obrera regional para oponerse a la exportación de gas y en demanda de la renuncia del presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada.
El Ejecutivo boliviano no se pronunció hasta el momento sobre la situación, que se amplió a la ladera oeste de La Paz, en la zona del cementerio general de la ciudad y en las áreas comerciales de Uyustus, así como a la Avenida Montes, la continuación de la autopista que une El Alto con el centro de la ciudad sede del gobierno.
Las vías troncales de la urbe paceña están prácticamente vacías, por el temor de los ciudadanos a salir a la calle y por la carencia de gasolina para que los vehículos transiten.
El presidente de la Asociación de Surtidores (Asosur), Germán Loza, dijo a EFE que las 24 estaciones de servicio existentes en La Paz continúan cerradas por falta de carburantes.
Desde el pasado viernes, las autoridades tratan de escoltar con militares un convoy hacia la ciudad desde la proveedora de combustible alteña, en Senkata, donde se han registrado hasta ahora los enfrentamientos más virulentos.
Las protestas en Bolivia, que comenzaron en la zona norte del departamento de La Paz y se propagaron luego a El Alto y a la capital, y a otras regiones del país, se han saldado hasta la fecha con la muerte de 11 personas.