TEHERÁN.- La abogada iraní Shirin Ebadi, ganadora del Premio Nobel para la Paz 2003, anunció hoy que destinará la dotación económica del galardón -unos 1,3 millones de euros o 1,5 millones de dólares- a la defensa de los derechos humanos en su país, especialmente los derechos de los niños y de la mujer.
"El Premio Nobel tiene dos dimensiones. Una es el reconocimiento a la lucha de las mujeres musulmanas en Oriente, y la otra es la justificación de mi labor y la necesidad de seguir adelante con ella", declaró Ebadi, de 56 años, en la primera conferencia de prensa que ofreció en Teherán tras su regreso de París en la víspera.
Allí era esperada con entusiasmo por miles de personas, incluyendo un gran número de mujeres, la mayoría de ellas con pañuelos blancos en la cabeza como símbolo de paz.
La conferencia de prensa se realizó en la Oficina de Derechos Humanos de Irán, en el centro de Teherán, y a ella asistieron al menos 50 periodistas nacionales y extranjeros. A pesar de que los reporteros trataron de obtener alguna declaración política, Ebadi trató de no politizar el premio.
La defensora de los derechos humanos en Irán aseguró que seguirá actuando de conformidad con las leyes de su país. En cuanto al terrorismo, agregó que el islam es una "religión de la paz y de la amistad", no de la violencia, y que no hay conflicto entre el islam y otras religiones.
En una entrevista concedida en París, Ebadi había dicho que los terroristas islámicos no son verdaderos musulmanes.
Respecto a la reacción más bien reservada del Gobierno iraní ante el galardón, incluyendo al Presidente Mohammed Jatami, quien dijo ayer que el Nobel no era un premio muy importante, agregó: "Todo el mundo debería tener la libertad de manifestar su opinión, nos guste o no".
Los disidentes seculares como Ebadi pidieron varias veces que fuera enmendada la Constitución a favor de la elección de cuerpos democráticamente elegidos y contra organizaciones cuyos miembros sean elegidos por el "establishment", sin un mandato popular.
La aparición de Ebadi en las entrevistas con la prensa occidental en París sin el pañuelo en la cabeza y sus comentarios acerca de la separación de la religión de la política y la liberación de todos los prisioneros políticos dejaron en claro su postura crítica hacia algunas de las políticas de Irán.
La dirigencia iraní consideró el Premio Nobel para Ebadi como políticamente motivado y un mensaje enviado por Occidente para indicar su apoyo al movimiento secular más que al movimiento reformista islámico en Irán.
Ebadi fue galardonada por el Comité Nobel de Oslo el pasado viernes.