LA PAZ.- Cientos de turistas varados en La Paz, cuyo aeropuerto se mantiene inaccesible desde el domingo pasado, son testigos impotentes de las protestas y enfrentamientos que se suceden a metros de sus hoteles, en el corazón de la sede del gobierno boliviano.
Todos los viajeros que transitaban por La Paz el pasado fin de semana se encontraron de repente atrapados en la convulsión social que vive el país desde hace un mes.
En el centro de la ciudad, detrás de la Plaza San Francisco, donde se reúnen los manifestantes, la zona turística de La Paz concentra en cuatro o cinco calles decenas de hoteles llenos de viajeros que fueron sorprendidos el lunes con las primeras manifestaciones de violencia que se apoderaron de la zona.
"En la mañana del lunes se vio cómo todas las tiendas en la calle bajaron sus cortinas, nuestro hotel fue cerrado bloqueando las puertas con sacos de arena y lanzaron las primeras granadas con gas lacrimógeno en la calle contra los manifestantes que protestaron contra las ’masacres’ del día anterior en El Alto", dijo Corinne Munsch, una de los casi 60 turistas franceses que se encuentran en La Paz, según la embajada francesa.
Los gobiernos de Brasil y Perú ordenaron el miércoles la evacuación de los turistas de sus respectivos países.
Medios brasileños informaron que serían enviados a La Paz dos aviones de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), entre ellos un ’Hércules’ para evacuar más de 150 turistas de ese país. Por su lado, Perú ya logró evacuar el miércoles a 45 de sus connacionales.
Los turistas, alemanes, británicos, estadounidenses, australianos y suizos ven por la mañana una ciudad tranquila que queda bloqueada nuevamente por la tarde, y se preguntan cómo podrán abandonar el país.
"Fue muy impresionante", dijo otro turista que llegó a la ciudad el pasado jueves, "lanzaron muchas granadas de gas lacrimógeno todo el día alrededor del hotel, uno no podía salir al techo por la irritación a los ojos, había barricadas construidas con los adoquines de las calles, las piedras volaban, incluso quemaron un edificio".
Un día después de estos incidentes, los turistas "descubrieron" su barrio, donde también viven muchos indios pobres, desolado por la batalla, lleno de vidrios, cenizas y y piedras.
Muchos aprovecharon la tensa calma de ese martes para comprar en la calle algo para comer, porque las tiendas seguían cerradas.
"Uno encuentra agua, jamón, queso, pan, café, por el momento con eso da", dijo Antoine Estève, quien llegó el viernes a La Paz.
Los hoteles con restaurantes continúan por el momento sirviendo menús completos y otros han improvisado servicios de comida, pero el desabastecimiento se siente más entre los bolivianos.
Los choques Bolivia suman más de 70 muertos en un mes, paralizaron el país y tienen aislado al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, un defensor del libre mercado que asumió en agosto de 2002 (gobernó entre 1993 y 1997), que se enfrentó a la oposición en los últimos meses al promover un plan de exportación de gas en condiciones consideradas desventajosas para la nación andina.
Ahora que el Presidente se manifiesta dispuesto a realizar consultas populares sobre el espinoso tema del gas, las oposición solo exige su renuncia.
Las embajadas europeas han aconsejado a sus ciudadanos que no intenten llegar al aeropuerto, sitiado en El Alto, a 12 Km. de La Paz y foco de los enfrentamientos más serios.
De todos modos no es posible por el momento abandonar el país en avión, pues la carretera está bloqueada, según un representante de la embajada francesa que se reunió con los turistas de su país en un hotel.
Para quienes quieran abandonar el centro, según el funcionario, se acondicionó un gimnasio en la zona sur de la capital, en un sector residencial y protegido por el Ejército.