BOGOTÁ.- El nuevo Presidente de Bolivia, Carlos Mesa, dijo hoy que la venta de gas de su país es indispensable para hacer frente a las graves dificultades económicas.
"Mi responsabilidad como Presidente es la conciencia absoluta de que la venta de gas es indispensable para Bolivia. Bolivia no puede darse el lujo de no vender su gas", dijo Mesa, en una entrevista con radio Caracol.
La solución a los problemas de Bolivia, afirmó Mesa, "tiene que analizarse en la perspectiva de un viejo conjunto de temas no resueltos en la sociedad boliviana y la presión por diversas demandas en una situación de estancamiento económico desde el anterior gobierno, que va acumulando un conjunto de tensiones muy fuertes en el seno del país".
El nuevo gobernante dijo que trabajará "para convencer a Bolivia (de) que tenemos el gas suficiente para hacer la venta" para "darle a los bolivianos gas domiciliario y para los automotores, que les haga ver que no sólo estamos vendiendo gas, sino beneficiando al país con él".
Agregó que en el referendo que ha planteado sobre las ventas de ese producto energético, cuya fecha no ha sido aún fijada, "el tema fundamental es si Bolivia quiere o no vender su gas, primero, y una segunda pregunta es por dónde debe salir ese gas, si se decide la venta".
Mesa dijo que no hubo en el Gobierno de Sánchez de Lozada una decisión sobre por cuál país (Chile o Perú) se exportaría el gas, pero, anotó, "se asumió por la opinión externa y por varios sectores, que la intención del Presidente era vender el gas por Chile y sobre ese supuesto es que se generó la presión popular".
El historiador y periodista quien se ha hecho cargo de la presidencia boliviana contó que la decisión de retirar a Sánchez de Lozada su respaldo fue por una convicción ética, porque se oponía a la reacción del gobierno ante los manifestantes.
"La reacción del gobierno ante la presión popular, los bloqueos, la provocación, que la hubo sin ninguna duda, fue una acción de fuerza muy violenta, con un saldo de muertos muy alto" y ésa "fue la razón fundamental; no una discrepancia desde la perspectiva de los objetivos del gobierno", precisó Mesa.
Reconoció que el hoy ex Presidente Sánchez de Lozada "tiene unas ideas fijas sobre cómo manejar ciertos aspectos; concebía que el tema del gas no era negociable y que era una decisión del gobierno y no del pueblo. Allí tuvimos una diferencia fundamental".
Mesa, de 50 años, se refirió a las sucesión de hechos que fueron agravando la crisis, que comenzó, según él, con la frustrada reelección de la Defensora del Pueblo, Ana María Romero de Campero, quien "había logrado un alto nivel de respaldo popular, de respeto, y de gestión de extraordinaria valía".
"El gobierno, en la coalición del gobierno, no entendieron que un voto por ella hubiera sido una señal de aproximación en un momento de crisis y tensión (...) y lamentablemente se optó por otro nombre, que desilusionó al país", agregó a la emisora colombiana.
"A partir de ese momento se fueron desencadenando, acontecimientos; vino la petición de que se hiciera un referendo para que el pueblo de Bolivia decida sobre el gas y el presidente se negó sobre la base de que ésa es una decisión del Gobierno", puntualizó.
Mesa dijo que sobre el gas y la situación boliviana se requiere un amplio debate nacional con racionalidad y sin "emocionalidad".