LA PAZ.- El nuevo Presidente de Bolivia Carlos Mesa recibió este domingo el reconocimiento formal de las Fuerzas Militares y les pidió defender la constitución y la institucionalidad "pero con respeto a los derechos humanos".
"Si defendemos el Estado, si creemos y amamos a Bolivia, tenemos que defender el bien más preciado de este Estado que somos nosotros mismos, todos y cada uno de los bolivianos", enfatizó el gobernante.
Mesa, quien asumió la sucesión presidencial tras la renuncia el viernes de Gonzalo Sánchez de Lozada, fue reconocido como capitán general de las Fuerzas Armadas en una ceremonia realizada en el patio de honor del Colegio Militar en La Paz.
Luego de reconocer el papel de las FFAA desde la restauración democrática en 1982, lamentó la convulsión social que dejó más de 80 muertos y centenas de heridos en el último mes y que precipitó la renuncia de Sánchez de Lozada.
Mesa instó a los uniformados a no vulnerar la ley, a hacer uso de la violencia legítima de manera racional y a "asumir parte de nuestras responsabilidades" en la violenta represión a las manifestaciones populares.
"Hemos estado al borde de la confrontación" de consecuencias imprevisibles, reconoció en un aparte de su discurso.
Después de escuchar el discurso del comandante general de las Fuerzas Armadas, general Roberto Claros, que justificó la actuación de tropas entre setiembre y octubre por "instrucciones del poder político", dijo que "Estado y gobernantes están en deuda con la mayoría de los bolivianos" excluidos.
Mesa debe designar este domingo su nuevo gabinete, que ha prometido estará conformado por personalidades ajenas a los políticos, y en el cual el cargo de ministro de Defensa será un militar y no un civil, como fue la costumbre en los últimos años, según anticipó el propio mandatario.
La decisión la tomaría el mandatario para preservar la institucionalidad de las instituciones castrenses y porque el puesto debe ejercerlo persona que conozca el medio donde se desempeñará, dijo.
El último ministro de Defensa en el gobierno del renunciante Gonzalo Sánchez de Lozada, era el abogado Carlos Sánchez Berzaín, un civil que tenía vinculaciones con las fuerzas armadas.
Sánchez Berzaín es considerado uno de los responsables de la represión militar en las protestas.