CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa celebra mañana, martes, en el Vaticano el noveno consistorio de su pontificado, en el que investirá a 30 nuevos cardenales, que conformarán el Colegio Cardenalicio del que puede salir su sucesor.
Será la última ceremonia, que durará dos días, de una semana agotadora con motivo de sus 25 años de Pontificado, que han mostrado al mundo un Pontífice débil, que no camina y con graves problemas para hablar.
Juan Pablo II no pudo pronunciar ni una palabra el domingo en la homilía de la misa de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta.
De esos 30 cardenales hay dos españoles, Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla, y Julián Herranz, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos; y tres iberoamericanos, Rodolfo Quezada Toruño, arzobispo de Ciudad de Guatemala; Eusebio Oscar Scheid, arzobispo de Río de Janeiro, y el mexicano Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.
Herranz pertenece al Opus Dei y será el segundo cardenal de la Obra después de que Juan Pablo II nombrara purpurado en el consistorio de 2001 al arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani.
Además de los 30, el Papa anunció el pasado 28 de septiembre el nombramiento de otro cardenal, pero ’’in pectore’’, es decir cuyo nombre mantiene en secreto y que mientras no haga público no goza de los privilegios de los otros purpurados.
De esos 30 nuevos cargos eclesiásticos, 26 tienen menos de 80 años, por lo que pueden votar en un futuro cónclave, ya que según la normativa vaticana fijada por Pablo VI, y mantenida por Juan Pablo II, sólo pueden participar en un cónclave los cardenales menores de esa edad.
A partir de mañana el Colegio Cardenalicio, el llamado ’’club más selecto del mundo’’, pasa a ser el más numeroso de la historia de la Iglesia, con 194 miembros, de los que 135 pueden elegir al sucesor de Juan Pablo II por ser menores de 80 años.
Un total de 59 octogenarios no podrán acceder a la Capilla Sixtina, donde tradicionalmente se elige al Sucesor de Pedro.
Los octogenarios participarán con voz, pero sin voto, y aunque no puedan elegir Papa, si pueden ser elegidos.
Aunque la normativa fija en 120 el número máximo de cardenales electores, Juan Pablo II la ha derogado temporalmente al rebasarla por segunda vez en 15.
De todos modos, el número de los 135 electores descenderá en los próximos meses, ya que son al menos una decena los que superarán los 80 años pronto. El primero será el cardenal italiano Achille Silvestrini, que cumplirá esa edad el día 25 de este mes.
Le seguirán el cardenal de Taiwan, Paul Shan Kuo Hsi, que los cumplirá el 3 de diciembre, y el cardenal de las Islas Samoa, Pio Taofinu’u, el 9 de diciembre.
De los 135 cardenales electores 130 han sido nombrados por Juan Pablo II y los otros cinco por Pablo VI, por lo que en ambientes vaticanos se asegura que el futuro Pontífice será un hombre de la ’’línea’’ del actual Obispo de Roma.
Entre los cardenales nombrados por Pablo VI están Josep Ratzinger, prefecto de la congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), el brasileño Aloisio Lorscheider y el español Marcelo González Martín (emérito de Toledo).
Al colegio cardenalicio pertenecen purpurados de 69 países, entre ellos España y la inmensa mayoría de América Latina.
Tras el consistorio de mañana, España pasará a contar con nueve cardenales, de ellos seis electores y tres octogenarios. También pasa a ser el tercer país con más purpurados en el colegio cardenalicio.
Italia sigue teniendo el mayor número, 40 (23 de ellos electores), seguida de Estados Unidos con 14 (11 electores).
Tras España están Brasil y Alemania con ocho cada uno (y seis electores cada uno) y Polonia y Francia igualados con siete.
Por continentes, Europa domina el colegio, con 101 cardenales, seguida de Iberoamérica con 29; América del Norte con 23; Africa con 18; Asia también con 18 y Oceanía con cinco.
Hasta ahora el cardenal más joven era Vinko Puljic, de Sarajevo (Bosnia-Herzegovina), nacido en 1945.
A partir de mañana los más jóvenes serán el francés Philippe Barbarin (arzobispo de Lyon), nacido en 1950, y el húngaro Peter Erdo (arzobispo de Budapest), nacido en 1952.
El más anciano es el italiano Corrado Bafile, quien el pasado cuatro de julio cumplió 100 años, seguido por el austríaco Franz Koning, de 98.
En la ceremonia de mañana el Papa les impondrá el capelo cardenalicio de color rojo púrpura, que simboliza la disponibilidad de defender a la Iglesia hasta derramar la última gota de sangre. Después les asignará un título o diaconía de una iglesia romana.
El miércoles todos los flamantes cardenales concelebrarán una misa con el Papa, quien les entregará el anillo, el otro signo de su cargo.
