NUEVA YORK.- La organización Human Rights Watch denunció hoy que al menos unos 20 civiles pueden haber muerto en Irak en los últimos meses por el "uso indiscriminado y generalizado" de la fuerza por parte de las tropas estadounidense.
En un informe de 56 páginas, titulado "Corazones y Mentes: bajas civiles de la postguerra por parte de la tropas de EE.UU. en Bagdad", la organización asegura que el Ejército estadounidense no está investigando estas muertes de manera adecuada.
Sólo entre los meses de mayo y septiembre, Human Rights Watch ha contabilizado el asesinato de 20 personas en la capital iraquí, si bien cuenta con informes de unos 94 civiles muertos en circunstancias "legalmente cuestionables".
Estas cifras no incluyen, según la organización, a los civiles iraquíes que han resultado heridos por los soldados de los Estados Unidos.
Human Rigths Watch se queja de que sólo cinco de estas muertes han sido investigadas, y en cuatro de ellas se determinó que los soldados habían actuado según las "reglas de enfrentamiento".
En el quinto caso, se impusieron medidas disciplinarias a un piloto de helicóptero y su comandante por tratar de destruir una bandera en Bagdad, lo que provocó una violenta protesta el pasado 13 de agosto.
La organización humanitaria realizó su propia investigación en dos de los cinco casos, y encontró evidencias que sugerían que los soldados había ejercido un uso excesivo de la fuerza, en especial en un caso en el que se disparó contra una persona que tenían los brazos en alto y otro en el que se golpeó a un detenido.
La organización es consciente de que en determinados casos, las "tropas de Estados Unidos se enfrentan a una amenaza real, que les da el derecho de responder con la fuerza", si bien afirma que "estas respuestas son a veces desproporcionadas o indiscriminadas, causando daño a civiles o poniéndoles en peligro", afirmó.
Human Rights Watch también ha detectado que los soldados norteamericanos tratan con una excesiva brusquedad y grosería a los civiles iraquíes, y les pide encarecidamente que desistan de la práctica de pisar con sus pies las cabezas de los detenidos.
En la cultura iraquí, dice la organización, el uso de los pies contra una persona es altamente insultante y ofensivo.