BUENOS AIRES.- El juez de la Corte Suprema de Justicia argentina Guillermo López, presentó hoy su renuncia en momentos en que una comisión parlamentaria iba a iniciarle un proceso de juicio político con fines de destitución.
López es el segundo juez supremo que renuncia a su cargo desde que el Gobierno de Néstor Kirchner, que asumió en mayo pasado, impulsa una "renovación transparente" del alto tribunal.
La dimisión de López fue anunciada hoy por el jefe del gabinete de ministros, Alberto Fernández, quien negó tajantemente que el gobierno haya influido en la decisión del magistrado.
"Estoy seguro que esto se inscribe en la vocación de colaborar con la renovación de la justicia que reclama todo el pueblo argentino y así lo tomamos", comentó durante una rueda de prensa.
Fernández consideró que "no hay ningún fundamento" para seguir adelante con el proceso que anunció la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados para destituir a López bajo cargos de irregularidades y mal desempeño de sus funciones.
Señaló que el juez presentó su renuncia con efectividad a partir del 1 de diciembre próximo y que desde ese momento el jefe del Estado "comenzará a meditar" sobre el candidato que propondrá para ocupar el cargo vacante.
La Corte Suprema es una de las instituciones más desprestigiadas del país y López es uno de los acusados de formar parte de la llamada "mayoría automática" de jueces que llevó al alto tribunal a fallar a favor de los intereses del gobierno de Carlos Menem (1989-1999).
Hace quince días, el Senado inició un juicio político contra el juez supremo Eduardo Moliné O’Connor, quien fue suspendido mientras se lleva adelante este proceso y es otro de los miembros de la Corte Suprema acusados de favorecer los intereses de Menem.
Julio Nazareno, también señalado como miembro de la llamada "mayoría automática" favorable a Menem, renunció en junio pasado a la presidencia del alto tribunal, también en momentos en que afrontaba múltiples cargos por presuntos delitos y mal desempeño de sus funciones efectuados por los diputados de la comisión de juicio político.
Para cubrir el puesto vacante dejado por Nazareno el Presidente Kirchner nombró ayer, miércoles, al penalista Eugenio Zaffaroni, cuya designación fue aprobada por el Senado la semana pasada después de un extenso y áspero debate.
Eugenio Zaffaroni, de 63 años, uno de los más destacados juristas del país y catedrático en varias universidades de América Latina, fue designado juez supremo al cabo de un proceso en el que cualquier ciudadano u organización pudo opinar sobre sus cualidades técnicas y éticas.
Con esta designación, Kirchner aplicó en marcha un inédito mecanismo con el que limitó sus amplias facultades como jefe del Estado para la designación de jueces supremos.