LOS ÁNGELES.- California moviliza hoy a miles de bomberos y voluntarios para combatir ocho grandes incendios, que en la última semana han causado la muerte de al menos 11 personas y han arrasado casi 85.000 hectáreas y centenares de viviendas.
El Centro Nacional de Información de Incendios (CII) informó el domingo que en el sur del Estado californiano hay ocho grandes incendios y el depuesto gobernador, Gray Davis, quien declaró estado de emergencia, pidió que el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, conceda a la zona fondos federales para desastres.
"Los vientos de Santa Ana continúan impidiendo los esfuerzos de contención de los incendios en zonas forestales agrestes", indicó el CII que también dio cuenta de fuegos en Arizona, Idaho y Minesota.
Los llamados vientos de Santa Ana soplan en el comienzo del otoño desde las zonas desérticas del este de California acompañados con altas temperaturas y baja humedad, lo que crea las condiciones propicias para los fuegos que se alimentan de las ramas y hojas secas en el suelo.
Ayer, domingo, los vientos soplaron en algunos momentos a más de 100 kilómetros por hora, y aunque la noche trajo un poco de calma y temperaturas más bajas, las autoridades esperan que esta mañana retornen las condiciones que han nutrido los incendios.
El CII señaló que se mantiene la máxima alerta por condiciones de baja humedad y vientos del este en el norte de California, al oeste de la cresta de la Sierra Nevada.
Ese mismo tipo de alerta está vigente por vientos del noroeste y baja humedad en la región costera central del Estado, el norte del valle San Joaquín, y las montañas, cañones y pasos en el sur de California.
"Los vientos de Santa Ana volverán a incrementarse hoy desde Oregón, en California y en Arizona", añadió el CII. El informe dio un poco de esperanzas con el pronóstico de un sistema de altas presiones que se mueve al oeste desde las Dakotas, y un frente frío más hacia el este.
En San Diego, las autoridades confirmaron la muerte de ocho personas en relación con los incendios, lo que elevó a 11 el número de personas que han perdido la vida por los fuegos que han devastado unas 85.000 hectáreas de territorio agreste y zonas pobladas.
Los cuerpos de dos víctimas fueron hallados dentro de un automóvil que, al parecer, quedó atrapado por las llamas.
El tránsito aéreo sufrió trastornos en Estados Unidos desde ayer, domingo, después de que uno de los incendios obligase a la evacuación de un centro de control de la Dirección Federal de Aeronáutica Civil.
Las autoridades federales cancelaron los vuelos con destino al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, el Aeródromo Lindbergh de San Diego y otros aeropuertos regionales. Esa decisión afectó a los vuelos que debían partir de Estados Unidos y Canadá.
En los congestionados suburbios de San Bernardino, unos 80 kilómetros al este de Los Ángeles, un flanco de un incendio que ya quemó 20.000 hectáreas devoró cuatro poblaciones mientras otro flanco destruía más de 300 casas.
Las autoridades han puesto nombre a algunos de los incendios mayores y el más grave seguía siendo el denominado "gran premio", que comenzó el martes pasado en el Bosque Nacional San Bernardino y ha forzado a la evacuación de unas 2.000 personas.
El "incendio viejo" en el Condado San Bernardino ha quemado 4.800 hectáreas y forzó la evacuación de varias localidades y de edificios de la Universidad de California, el casino San Manuel de la reserva india, y el hospital Patton para enfermos mentales.