BAGDAD.- La portavoz del Comité internacional de la Cruz Roja (CICR) en Irak, Nadia Domani, calificó hoy de monstruoso el atentado perpetrado por un suicida contra la sede de esta organización en Bagdad, en el que al menos murieron diez personas y quince resultaron heridas.
"¿Qué clase de gente puede lanzar un ataque así contra una organización humanitaria como la CICR?", decía Domani, con los ojos cuajados de lágrimas.
Añadió que, a pesar del atentado, su organización no planea abandonar Irak "donde por desgracia hay mucho trabajo por hacer en favor del pueblo iraquí".
Según Pascal Jansen, miembro de la CICR, los muertos son dos guardias de seguridad iraquíes y ocho trabajadores que pasaban en un camión cuando el coche-bomba -al parecer una ambulancia- estalló frente a la puerta de la sede, en el céntrico barrio bagdadí de Karrada.
Añadió que otros quince empleados iraquíes de la Cruz Roja resultaron con heridas de diversa consideración, mientras que el equipo de expatriados sólo tiene contusiones y heridas superficiales.
Hasta el lugar de la barbarie se desplazó el responsable iraquí del emergente Ministerio de Interior, Nuri Badran, que inspeccionó los cuantiosos daños materiales causados por la poderosa explosión en la sede y los edificios aledaños.
Uno de los empleados iraquíes del CICR herido en el atentado, Nihad Saleh Al-Samara, explicó a EFE que se encontraba en el exterior del inmueble cuando la violentísima deflagración le sorprendió.
"Fui lanzado contra el suelo, y tengo heridas diversas en brazos y piernas. Ha sido horrible. Otros compañeros han tenido peor suerte que yo", relató muy nervioso.
La sucesión de atentados comenzó a primera hora de la mañana con el lanzamiento de varios cohetes Katiuska contra el Palacio de Congresos de la capital, que fue alcanzado por dos proyectiles.
En las horas más tempranas de esta primera mañana de Ramadán también se registraron otras explosiones en la capital.
Al menos ocho agentes iraquíes murieron hoy en el ataque suicidada contra una comisaría en el distrito bagdadí de Al Amiriya, en el noroeste de la capital, informaron a EFE fuentes de la Policía local.
Al Amiriya fue una de las cuatro comisarías de policía iraquíes atacadas hoy en Bagdad, en una serie de atentados que convirtieron en una pesadilla el primer día de ayuno islámico o Ramadán.
Al menos otros cuatro policías más perdieron la vida en la comisaría de Al Seidiya, en el distrito de Al Shaab, cuando un suicida al volante de un vehículo-bomba se inmoló junto al puesto de control y destrozó la fachada del edificio.
En este atentado, ocurrido a primera hora de la mañana, también resultaron heridos tres soldados norteamericanos, uno de ellos de extrema gravedad, mientras que la cifra de heridos iraquíes se acerca a los cuarenta.
Un ataque similar ocurrió en una comisaría de la barriada de Jadra, donde tres civiles murieron, otras quince personas resultaron heridas, y dos soldados norteamericanos fueron atendidos de heridas leves, confirmaron a EFE fuentes militares estadounidenses.