VALLE SIMI, California.- Impulsadas por vientos secos y calientes, llamaradas de fuego amenazaban el martes al Valle de San Fernando, una zona densamente poblada de Los Angeles, y los bomberos cavaban zanjas en un intento por controlar los más destructivos y mortíferos incendios en la historia del estado de California.
Cinco incendios diferentes que se expanden por distintas áreas del sur de California han provocado la muerte de 15 personas y la destrucción de más de 1.100 viviendas. Las llamaradas se extienden desde la frontera con México hacia los suburbios de Los Angeles, al norte.
Dos personas más fallecieron en México.
Otros incendios que no han llegado a las casas también consumieron decenas de miles de hectáreas de tierras de bosques y malezas. En total, unas 202.347 hectáreas se han quemado, casi el equivalente a la tres cuartas parte de Rhode Island.
Más de 10.000 bomberos combatían las llamas, que hasta el martes habían provocado daños superiores a los 24 millones de dólares en el estado.
"Es el peor escenario. No se puede haber escrito nada peor que esto", manifestó Gene Zimmerman, supervisor de la Reserva Nacional de San Bernardino, área donde comenzaron dos de los incendios más destructivos la semana pasada.
Las autoridades sospechan que algunos de los incendios han sido premeditados y buscan a personas sospechosas de haberlos provocado.
Muchos de los muertos por los incendios ignoraron órdenes de evacuación o fueron alcanzados por el fuego porque esperaron hasta el último minuto antes de huir, dijo el jefe policial Bill Kolender.
"Cuando se le pide a la gente que se vaya, debe hacerlo de inmediato", expresó. "No deben esperar".
Al parecer, los bomberos contaban el martes con una ventaja: la disminución de los vientos Santa Ana.
Los vientos calientes y secos que soplan desde el desierto hasta el océano en esta época del año alcanzaron una velocidad de unos 113 kilómetros por hora en los últimos días. Amainaron el lunes y martes, y los meteorólogos no esperaban que resurgieran con fuerza al menos hasta el miércoles.
Pero aun así uno de los incendios más feroces atravesó una carretera el lunes y se desplazaba como una pared hacia el poblado turístico Lago Arrowhead, cercana a Los Angeles.
"Es nuestra mayor preocupación en este momento", sostuvo la portavoz del servicio de Bosques de Estados Unidos, Carol Beckley.
Uno de los más extensos incendios del martes estaba cerca de un área de lujosas mansiones llamada Chatsworth, en Los Angeles. Solo estaba contenido en un 5%.
Se trata de la ola de incendios más mortífera desde octubre de 1991, cuando devastadoras llamaradas mataron a 25 personas y destruyeron más de 3.000 casas en California.