WASHINGTON.- Entre 11.000 y 15.000 iraquíes, un 30 por ciento de ellos civiles, murieron en la guerra entre marzo y mayo, según un estudio del Proyecto para Alternativas de Defensa (PDA), un instituto independiente de estudios militares.
Las muertes se produjeron entre el 20 de marzo y el 1 de mayo, fecha en que el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró el fin de los combates principales.
En comparación, durante este período perdieron la vida 201 soldados de las fuerzas invasoras, 148 de ellos estadounidenses.
A pesar de los avances en tecnología militar de precisión y el menor número de bombardeos, murieron más civiles en esta guerra que en la de 1991, de acuerdo con los cálculos de PDA.
En total perecieron este año entre 3.200 y 4.300 "no combatientes", esto es, civiles que no participaron en el conflicto, según el estudio.
En la guerra del Golfo en 1991, las víctimas civiles fueron unas 3.500, a las que se añadieron entre 20.000 y 26.000 soldados iraquíes muertos, según la organización.
PDA llegó a su cifra de bajas en la última guerra tras un análisis de estimativas de comandantes estadounidenses, informes de prensa y datos demográficos y hospitalarios.
Las fuerzas armadas estadounidenses no han publicado un cálculo oficial del número de los muertos iraquíes durante la guerra y siguen sin contar el número de civiles abatidos por sus soldados tras el fin de los combates principales.
Desde el 1 de mayo al 30 de septiembre, 94 civiles han muerto a manos estadounidenses en Irak "en circunstancias legales cuestionables que ameritan investigación", según un reciente informe de la organización de derechos humanos Human Rights Watch.
"Es realmente increíble que las fuerzas armadas de Estados Unidos ni siguiera cuentan estas muertes", declaró Joe Stork, director ejecutivo interino del Departamento de Oriente Medio y el Norte de África de esta asociación.
El estudio de PDA también pone en duda la hipótesis de la "nueva guerra" que se ha escuchado en círculos militares estadounidenses, que mantiene que "las tecnologías de precisión y las nuevas técnicas de combate ahora permiten a Estados Unidos hacer la guerra ocasionando muchas menos bajas, especialmente entre civiles".
La "Operación Libertad Iraquí" debía ser un ejemplo de esta nueva guerra, pero la cifra de víctimas civiles no demuestra "sin ambigüedades" la validez de la tesis, concluye el informe.
Además, el estudio advierte que "no está claro todavía lo que Estados Unidos ha conseguido en Irak y a qué precio. La situación no se ha estabilizado aún y los costos de la acción estadounidense siguen subiendo".