NACIONES UNIDAS.- La ONU mostró preocupación por los últimos actos de violencia en Kosovo y pidió un mayor compromiso por parte de la comunidad internacional para afrontar los desafíos de pacificación de la provincia.
Así lo solicitó el jefe de la misión administradora de la ONU en Kosovo (UNMIK), Harri Holkeri, quien señaló que los grupos extremistas están desacreditando las actividades de pacificación de la entidad internacional y de las fuerzas de la Alianza Atlántica (KFOR) desplegadas en la provincia.
Resaltó que hay una situación de falta de respeto de la ley en muchos lugares de Kosovo y que para combatir este fenómeno es necesaria una cooperación de la policía de la UNMIK con los 6.000 agentes kosovares y las fuerzas de la KFOR.
"La seguridad y el gobierno de la ley continúan siendo las mayores prioridades y ambas son indispensables para el progreso de la provincia, entre ellos el desarrollo económico", resaltó.
Otra gran preocupación que mencionó es la existencia de tribunales no autorizados en los municipios del norte de Kosovo y fuera de la provincia, que actúan de forma paralela al sistema judicial y que pretenden ejercer jurisdicción sobre los kosovares.
"Esto ha creado grandes dificultades y no se puede tolerar. Bajo la resolución 1244 del Consejo de Seguridad es la UNMIK la que tiene la jurisdicción y la autoridad en Kosovo", precisó.
Insistió en la necesidad de lograr mayores avances en el proceso de descentralización gubernamental que está resultando muy complejo y se prolonga, y que depende de la habilidad de los representantes locales de asumir responsabilidades de gobierno.
Belgrado continúa dando apoyo a estructuras paralelas de gobierno, que pueden hacer rebrotar los ataques motivados por cuestiones étnicas y que hace que muchos kosovares refugiados no regresen a la provincia.
Aunque lamentó que las delegaciones del gobierno de Belgrado y de Pristina no interactúen, mostró un cierto optimismo por el hecho de que se escucharon mutuamente, lo que podría ser una señal alentadora para el futuro.
Este fue el primer encuentro de las autoridades de Kosovo con el gobierno de la antigua Yugoslavia, desde el fin de la guerra en 1999 y de la puesta de Kosovo, provincia serbia de mayoría independentista albanesa, bajo protectorado de la ONU.
Finalmente, el diplomático finlandés puso énfasis en dar un empuje mayor a la economía, especialmente porque existe un índice de desempleo de un 57 por ciento, situación que afecta más a las mujeres y los jóvenes.
En este sentido, puso hincapié en la necesidad de reformar las leyes ya que perjudican el proceso de privatización, algo vital para el desarrollo kosovar.
"La privatización es esencial y es la única esperanza de abordar el desafío del desempleo", concluyó.