SOUTHAVEN.- La Policía del condado de DeSoto, en Misisipi, no cree que la conductora del vehículo que se estrelló hoy contra un edificio en el que se encontraba el Presidente de EE.UU., George W. Bush, pretendiera atentar contra él.
Según declararó a los periodistas un portavoz del departamento de Policía local, "no creemos que se tratara de ningún tipo de mala intención contra el Presidente... fue simplemente que el accidente se produjo en un mal momento".
Bush había pronunciado un discurso ante un grupo de simpatizantes republicanos en el centro cívico DeSoto, en la localidad de Southaven, y se encontraba ya en el garaje del edificio, dispuesto a salir en su caravana de vehículos cuando se produjo el extraño incidente, que ha suscitado inmediatas críticas acerca de la seguridad presidencial.
La conductora, de raza blanca, pelo rubio y de unos treinta años años de edad, había atravesado un aparcamiento adyacente, se saltó el perímetro de seguridad gritando y fue a chocar contra una zona de carga del edificio.
Las fuerzas de seguridad rodearon rápidamente su automóvil e inmovilizaron a la mujer, que viajaba con al menos dos niños de corta edad y que, según testigos presenciales, opuso resistencia.
La mujer podría resultar acusada formalmente de resistencia a la autoridad, según las fuentes, que agregaron que los menores han quedado al cuidado de otros familiares.
Un portavoz del servicio secreto, encargado de la seguridad presidencial, indicó que agentes de este cuerpo participan en los interrogatorios de la mujer, contra la que se podrían presentar más cargos.
Según la versión del portavoz, la conductora, quien viajaba a gran velocidad, hizo caso omiso al alto de un agente de la policía local, se subió sobre una acera, se le estalló un neumático y el vehículo acabó estrellándose contra el edificio.
Según el portavoz de la Casa Blanca Trent Duffy, Bush "nunca corrió peligro de ningún tipo".
El Presidente abandonó las instalaciones pocos minutos después del incidente para trasladarse a Paducah, en Kentucky, donde tenía prevista otra intervención.
El suceso hizo saltar las alarmas en los círculos políticos estadounidenses, que se preguntan cómo es posible que la conductora llegara a estar tan cerca del Presidente sin que nadie lograra detenerla.
Precisamente la seguridad, tanto interna como externa, ha sido uno de los motivos constantes de Bush en sus discursos de los últimos días.