LOS ANGELES.- Con la mayoría de la llamas contenidas, los cerca de 15.000 bomberos que combaten los incendios más mortíferos de California, que dejaron al menos 22 muertos y 3.000 km del Estado reducidos a ceniza, daban este domingo por finalizada la batalla y muchos de los más de 100.000 evacuados volvían a sus hogares.
Luego de tres días consecutivos de bajas temperaturas, llovizna e incluso nieve en algunas de las zonas más afectadas, las llamas, que se extendieron desde suburbios al norte de Los Angeles hasta la frontera con México, dieron este fin de semana su primera tregua desde que se iniciaron el pasado 21 de octubre.
El sábado por la noche, los cuatro focos ígneos más grandes y persistentes, de los 17 que estallaron en la zona, ya estaban entre un 60% y un 90% contenidos, anunciaron las autoridades, quienes precisaron que si bien muchos de los cerca de 15.000 bomberos seguían en la batalla, muchos volvían a sus hogares a descansar de la catástrofe.
"La actividad del fuego realmente ha disminuido", señaló a la AFP Krystal Johnson del Servicio Forestal estadounidense.
Por primera vez en varios días, en San Bernardino, 80 km al este de Los Angeles, no se registró avance del fuego, añadió.
"El clima frenó considerablemente el avance de los incendios y las personas evacuadas de Big Bear (la ciudad montañosa amenazada por el fuego en San Bernardino) podrán volver este domingo a partir de las ocho de la mañana (hora locales) a sus hogares", dijo la funcionaria.
Cerca de 4.211 bomberos lograron contener las llamas en un 65% de uno de los focos ígneos que encendió a la zona, llamado el "viejo incendio", que arrasó hasta el sábado por la noche 36.940 hectáreas y provocó la muerte de cuatro personas.
El incendio "Grand Prix", que también azotó a la comunidad montañosa, popular entre los californianos por su variedad de flora y fauna, ya estaba en un 95% contenido.
Más de 60.291 hectáreas de San Bernardino reflejaban sombrías este fin semana el hambre desaforado de las llamas.
En San Diego, sur de California, la batalla se daba por ganada este domingo luego de un pertinaz combate contra el fuego que dejó 16 muertos, 155.334 hectáreas y 2.393 hogares consumidos.
Tan intensas fueron las llamaradas en esta región que traspasaron fronteras y se dirigieron a México, donde provocaron la muerte de al menos dos personas.
Uno de los incendios más feroces, "el incendio de Cedro", que pasó a ser el más destructivo de California, provocó la muerte de 14 personas, calcinó 113.986 hectáreas y 2.234 hogares, informó a la AFP Barbara Daskoski del Departamento Forestal estadounidense.
Unos 1.608 bomberos siguen apostados intentando vencer a otro de los focos, "el paraíso", contenido en un 60%, en el que dos personas murieron y consumió 22.945 hectáreas, añadió.
Ante la magnitud de la tragedia, el secretario de seguridad interior Tom Ridge visitó el sábado los restos de la voracidad del fuego en Claremont, este de Los Angeles.
La visión de la catástrofe "te deja sin aliento", dijo Ridge a los periodistas, acompañado por el gobernador demócrata Gray Davis, recientemente sustituido.
Si bien los expertos no prevén que la tragedia provoque un gran agujero en la economía californiana, que destina una parte de su presupuesto a combatir catástrofes, las expectativas están puestas en el monto de la ayuda federal, en particular desde que el presidente estadounidense George W. Bush anunciara su viaje a la zona.
Las autoridades investigan ahora la causa de los incendios, al menos dos de ellos provocados intencionalmente, que costarán a la alicaída economía del estado bastante más de dos mil millones de dólares, vaticinó Davis.