WASHINGTON.- El Presidente de EE.UU., George W. Bush, acuñó hoy el término "revolución democrática global" para exponer su doctrina política en favor de extender la democracia y la libertad como único camino para lograr la prosperidad de los pueblos.
Bush trazó las líneas fundamentales de las prioridades de su gobierno en política exterior en un momento en el que, según subrayó, la comunidad internacional afronta una "fase crucial".
El Mandatario habló ante el "National Endowment for Democracy", foro fundado hace 20 años por el Presidente Ronald Reagan, y comparó el momento histórico que supuso la caída del comunismo con la oportunidad que se abre con los cambios políticos en Oriente Medio.
"Tenemos que aplicar la lección de hace 20 años en nuestra propia era. Estamos ante otro momento crucial y la resolución que mostremos va a dar forma a las siguientes etapas de este movimiento democrático en el mundo", declaró el Bush.
El Presidente centró su intervención en Oriente Medio y rechazó seguir pensando que la democracia en esa región sea una utopía.
"Los 60 años durante los que las naciones occidentales han excusado la falta de libertad en Oriente Medio no han servido para que estemos más seguros, porque a la larga la estabilidad no se puede adquirir a expensas de la libertad", manifestó Bush.
En este sentido, recordó que las "concepciones equivocadas" acerca de que hay determinados pueblos incapaces de vivir en libertad y democracia ya se emplearon hace medio siglo con respecto a países como Alemania y Japón tras la Segunda Guerra Mundial.
"El islam es consistente con la democracia", manifestó Bush, quien puso como ejemplo a países como Turquía, Indonesia, Níger y Sierra Leona, y citó además los pasos positivos que, según él, han dado Marruecos, Bahrein, Omán, Yemen, Kuwait y Jordania.
El Mandatario estadounidense quiso distanciarse de las políticas que apuestan por la estabilidad y la seguridad en detrimento de la democracia, que han marcado la política exterior de EE.UU. durante décadas, y se refirió al "imparable avance de la libertad".
Pese a que exaltó las bondades del "modelo occidental de progreso", aseguró que no se trata de imponer sistemas y subrayó que "democratización no es sinónimo de occidentalización".
"La libertad puede ser el futuro de todas las naciones", añadió Bush, quien envió un mensaje a las naciones que considera al margen de esta tendencia democrática, del estilo de cuando se refirió al "eje del mal", en alusión a Irak, Irán y Corea del Norte.
En esta ocasión, el Presidente estadounidense apuntó a Cuba, Birmania, Corea del Norte y Zimbabue, países que definió como "puestos de avanzada de la opresión en el mundo", en los que "los pueblos viven en una situación de cautividad, miedo y silencio".
Son las excepciones en el avance hacia el logro de la libertad en todo el mundo, dijo Bush, quien subrayó lo mucho que se ha logrado en los últimos 30 años, en los que se ha pasado de existir 40 democracias en el planeta a haber 120 en la actualidad.
"Y puedo decir que vamos por el camino de tener más", señaló.
Pese a su difícil calificación como países democráticos, China, Arabia Saudí o Jordania encontraron mejores palabras del presidente Bush, que les instó a seguir por el camino emprendido y a darse cuenta de que "la democracia es la vía hacia el progreso".
Sobre Irak, se mostró convencido de que "la democracia prosperará", lo que servirá para enviar el mensaje a otros países de la región -entre los que mencionó a Irán y Siria de manera expresa- de que "la libertad está en el futuro de todos los países".
Bush pronunció este discurso horas antes de promulgar la ley que destina a los esfuerzos militares y de reconstrucción de Afganistán e Irak un fondo de ayuda adicional de 87.500 millones de dólares.
"Es el mayor compromiso de este tipo desde el plan Marshall" de reconstrucción de Europa Occidental tras la segunda Guerra Mundial, dijo Bush durante el acto de la firma de la ley en el Congreso.
Flanqueado por los secretarios de Estado, Colin Powell, y de Defensa, Donald Rumsfeld, el presidente agradeció el apoyo de los legisladores a una ayuda adicional que la Casa Blanca considera fundamental para la estabilidad de estos países.