WASHINGTON.- Los gobiernos de Estados Unidos y México establecerán un "teléfono rojo" para comunicarse a nivel ministerial en forma inmediata en casos de emergencias de seguridad, anunció hoy el secretario de Estado asistente para el Hemisferio Occidental, Roger Noriega.
La "hotline" o el "teléfono rojo" unirá en forma directa los despachos del secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Tom Ridge, y el secretario de Gobernación de México, Santiago Creel.
El acuerdo será cristalizado este miércoles en Washington, durante la reunión de la Comisión Binacional México-Estados Unidos, de la cual participarán nueve secretarios del gabinete del Presidente George W. Bush y ocho del gabinete de su par Vicente Fox.
La línea directa sería utilizada para "responder a cualquier clase de eventos rápidos que requieran una comunicación urgente y segura", explicó Noriega.
En tanto, el jerarca no anunció novedades sobre las negociaciones migratorias bilaterales, estancadas desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, y advirtió que en este tema, es mejor "no tener altas expectativas".
Interrogado al respecto, Noriega dijo que Washington continúa en consultas con México sobre posibles formas de progresar en este tema y agregó que la cuestión de la migración -a la cual calificó como importante para Estados Unidos- formará parte de las conversaciones del miércoles.
Sin embargo, advirtió que como máximo se podrán establecer principios que apunten hacia cómo seguir avanzando en las negociaciones, ya que no se puede firmar ningún acuerdo específico.
"Como saben, nuestras leyes de inmigración las hace el Congreso", se justificó.
La posición de la Casa Blanca era totalmente diferente antes de los atentados terroristas de 2001, cuando Fox y Bush estaban negociando un acuerdo abarcativo para regularizar la situación de los mexicanos indocumentados en Estados Unidos y del flujo futuro de trabajadores de ese país.
Pero Noriega negó que los temas de seguridad hayan desplazado a la migración en la relación bilateral de ambos países como resultado de una imposición de Washington a Ciudad de México.
"Desde el 11 de septiembre, todos en el mundo han reconocido la legitimidad de que Estados Unidos tenga como prioridad su seguridad nacional (...) y creo que los gobiernos de Canadá y México han reconocido que esto es importante para ellos, también", dijo Noriega.
"No creo que ellos coincidirían con la sugerencia de que de alguna manera esto es una imposición. Creo que reconocen que es una realidad (...), una agenda inevitable, y hemos estado muy agradecidos con el progreso que hemos hecho en ese frente", explicó.