WASHINGTON.- La decisión de un grupo de legisladores estadounidenses de mantener la prohibición de viajar a Cuba pese a que ambas Cámaras habían aprobado su eliminación, generó el disgusto de muchos demócratas y republicanos opuestos al embargo, y satisfacción en círculos anticastristas.
La Cámara de Representantes como el Senado había aprobado una enmienda que eliminaba la prohibición de viajar a la isla impuesta hace más de 40 años.
Pero el grupo de legisladores que debía conciliar el lenguaje votado en cada instancia decidió dar marcha atrás poco antes de la medianoche del miércoles, cediendo ante la amenaza de veto esgrimida por el Presidente George W. Bush, indicaron el jueves fuentes legislativas.
La enmienda sobre Cuba, que bloqueaba fondos para aplicar la prohibición de viajar a la isla, fue retirada del proyecto de ley de presupuesto para el Tesoro y Transporte estadounidenses, por 90.000 millones de dólares.
El retiro de la enmienda ocurrió "a puertas cerradas y sin dar una oportunidad para que todos los legisladores que integraban la audiencia de conciliación la votaran", lamentó la organización Washington Office on Latin America (WOLA), que responsabilizó del mismo al liderazgo republicano en ambas cámaras y lo calificó de "travestismo".
La decisión de adoptar una medida contraria a lo votado por una mayoría de ambas Cámaras del Congreso generó el descontento de varios legisladores, entre ellos el senador demócrata Max Baucus (Montana), uno de los co-autores de la enmienda.
Esta acción "viola la voluntad del Congreso y prepara el escenario para una pelea cuando el proyecto de ley llegue al plenario", sostuvo.
"Que unos pocos individuos en negociaciones tras bambalinas pasen por encima de la voluntad de una mayoría del Congreso plantea un peligroso antecedente antidemocrático y pienso pelearlo cuando el informe de la conciliación vaya al plenario", añadió.
"La política ha triunfado una vez más sobre el principio", lamentó por su lado el representante republicano Jeff Flake (Arizona).
"Por la misma razón que nunca tendremos una política agrícola racional mientras las campañas presidenciales empiecen en Iowa, nunca tendremos una política racional hacia Cuba mientras se perciba que las campañas presidenciales terminan en Florida", afirmó.
El representante republicano Lincoln Díaz-Balart (Florida), de origen cubano, agradeció sin embargo al liderazgo republicano del Congreso y a Bush por "su extraordinario apoyo" para mantener la prohibición de viajar a Cuba.
"El extraordinario apoyo del Presidente Bush y su liderazgo firme son determinantes en el crítico tema del mantenimiento del embargo contra la tiranía cubana hasta que todos los presos políticos sean liberados y se convoquen elecciones libres en la isla esclavizada", afirmó.
Bush había indicado varias veces que vetaría la eliminación de la prohibición de viajar a Cuba si era aprobada por el Congreso.
En octubre, Bush anunció varias medidas para endurecer su política hacia La Habana, incluido un aumento de los 20.000 visados entregados cada año a los cubanos y una aplicación más dura de las restricciones ya existentes a lo viajes.
El Senado aprobó en octubre por 59 contra 36 votos la enmienda que eliminaría fondos para aplicar la prohibición de viajar a Cuba, luego de que la Cámara de Representantes la aprobó por 227 contra 188.
El Comité de Relaciones Exteriores del Senado aprobó la semana pasada de manera paralela un proyecto de ley para levantar toda la prohibición de viajar a la isla, por 13 contra cinco votos.
El departamento del Tesoro estima que unos 160.000 estadounidenses viajaron a Cuba de manera legal en 2002, pero otras decenas de miles visitan anualmente la isla ilegalmente, viajando desde terceros países.