ANKARA.- A 23 ascienden las personas muertas y a 277 las heridas, tras las dos explosiones producidas casi simultáneamente a dos sinagogas en la ciudad turca de Estambul, según las últimas cifras ofrecidas por las autoridades turcas.
La cifra no ha dejado de aumentar durante todo el día y desde el principio los responsables de seguridad y de los servicios sanitarios advirtieron que muchos de los heridos se encontraban en estado grave y podría haber más víctimas mortales.
Las explosiones se produjeron a las 9.30 hora local (tres menos GMT) por dos coches-bomba que detonaron junto a las sinagogas de Neve Shalom, la mayor de Estambul, en el distrito de Beyoglu y la de Bet Israel, situada a unos cinco kilómetros de allí, en el barrio de Sisly.
"Sea quien sea el autor, este es un ataque contra la Humanidad", declaró poco después el Primer Ministro turco, Recep Tayyep Erdogan, de ideología islamista moderada.
Sólo dos de los muertos son judíos, ambos en las inmediaciones del templo de Bet Israel, mientras que otros dos son policías que custodiaban los templos y el resto son vecinos o transeúntes que no tenían nada que ver con la comunidad judía, según dijo Silvio Obadia, portavoz de la comunidad judía de Turquía.
En Bet Israel se encontraban 300 fieles en ese momento celebrando el "sabat" y entre ellos puede haber varios heridos.
En la sinagoga de Neve Shalom un muro se desplomó por completo por culpa de la explosión.
Una organización llamada "Frente de Combatientes Islámicos del Gran Oriente" se ha responsabilizado de los ataques en llamadas a la agencia semi-oficial Anatolia.
"La razón (de los ataques) es acabar con la opresión de los musulmanes", dijo el comunicante y añadió: "Seguiremos con nuestras acciones".
Esta organización fue fundada en 1985 y las autoridades ya le atribuyeron varios atentados durante los años 90, entre ellos un ataque con bomba que causó 15 heridos también en Estambul el 31 de diciembre de 2000.
Sin embargo, sus líderes están en su mayor parte encarcelados y al grupo no se le cree capaz de perpetrar atentados de la magnitud de hoy.
El ministro del Interior turco, Abdulkader Aksu, preguntado sobre si los atentados pudieron ser obra de la red terrorista Al Qaeda, respondió que "no descartamos nada, pero no tenemos información por el momento".
Silvio Obadia precisó que la explosión en la sinagoga del barrio de Sisly estuvo producida por un coche en marcha, lo que podría significar que se trata de un atentado suicida, aunque en el otro caso hay testigos que afirman haber visto un coche sospechoso aparcado junto al templo poco antes de la explosión.
Las dos sinagogas, como todas las de Turquía, se encuentran fuertemente protegidas por fuerzas policiales, por lo que es casi imposible acercarse, de ahí que los atentados se hayan producido en las inmediaciones.
Las televisiones han mostrado un enorme cráter causado por un coche-bomba de color rojo en Neve Shalom, lo que da una idea de la magnitud de la explosión.
Los edificios y los automóviles aparcados en la calle han resultado dañados en unos 200 metros a la redonda, con los cristales rotos y trozos de los muros despegados y caídos al suelo por la fuerza del impacto.
Poco después de conocerse el atentado, el cónsul israelí se acercó al lugar de los hechos para seguir de cerca los trabajos de rescate y las tareas de investigación de los atentados.
También el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Silvan Shalom, llamó por teléfono a su homólogo, Abdulá Gul, dijeron fuentes oficiales.
Abdulá Gul subrayó en unas breves declaraciones que "las personas que murieron son todos ciudadanos turcos", y añadió que "este ataque prueba que ningún país puede luchar solo contra el terrorismo", por lo que pidió la colaboración internacional.
También el presidente turco, Ahmed Necdet Sezer, subrayó que los atentados "se han producido precisamente en el momento en que más necesitamos la paz en Turquía", y advirtió de que "nunca toleraremos a los que nos quieren destruir".
La sinagoga Neve Shalom ya fue escenario de una masacre en 1986, cuando un grupo terrorista palestino irrumpió en el templo y disparó contra los fieles, ocasionando 22 muertos.
Seis años más tarde, en 1992, unos desconocidos lanzaron dos granadas al interior de la sinagoga, pero solo hirieron a una personas.
En Estambul viven unos 20.000 judíos, la mayor parte de ellos sefardíes, descendientes de los judíos expulsados de España a finales del siglo XV, y constituyen una de las comunidades más grandes de judíos dentro de un país musulmán.
Israel envía equipos de rescate
El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Silvan Shalom, se contactó con su homólogo turco para ofrecerle ayuda humanitaria y dentro de unas horas partirá de Israel un avión con destino a Turquía cargado con equipos de rescate, informó a EFE un portavoz israelí.
El portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, David Saranga, informó del envío por Israel a Turquía de un avión para ayudar con la labor de rescate.
Saranga agregó que Israel considera que los dos ataques contra dos sinagogas en Estambul forman parte de una ola de antisemitismo, y de ataques terroristas en todo el mundo.
"Estos ataques forman parte de una ola de antisemitismo y de terrorismo mundial, y de las agresiones que han afectado a Arabia Saudí y Bali entre otros lugares", dijo.
"Este ataque contra un objetivo hebreo en Estambul no puede ser desvinculado de la incitación de los medios de comunicación internacionales y del modo sesgado con el que presentan el conflicto en Oriente Medio", agregó Saranga.
"Israel espera que la comunidad internacional no solo condene esta acción sino que además tome todas las medidas para combatir el terror y llevar a los responsables ante la justicia", agregó.